Los paquistaníes votaban este jueves para renovar el Parlamento y elegir Gobierno en unas elecciones marcadas por la violencia extremista y sospechas de fraude, reforzadas por la decisión de cortar el servicio de Internet móvil en el mismo día de la votación.

Poco después de la apertura de los centros de votación, el Ministerio del Interior anunció que los servicios de Internet quedaban «suspendidos temporalmente» en todo el país por razones de seguridad.

La decisión se tomó luego de que dos agentes de seguridad murieran por la explosión de una bomba frente a un centro de votación en el suroeste del país, un día después de que otras 29 personas murieran en dos atentados contra oficinas de candidatos.

Los ataques en la convulsa provincia de Baluchistán, en el suroeste de Pakistán -donde operan grupos separatistas y yihadistas- fueron reivindicados por el grupo extremista Estado Islámico (EI).

Los paquistaníes están llamados a elegir a los legisladores del Parlamento, que a su vez designa al primer ministro, el jefe del Gobierno de esta república federal parlamentaria. El presidente del país, el jefe de Estado, de rol ceremonial, es elegido de manera indirecta.

El partido liderado por Nawaz Sharif, de 74 años y de regreso del exilio desde octubre, aparece como el favorito en estos comicios y parece tener el apoyo del Ejército, un actor político central en este país.

En caso de victoria de su agrupación sería primer ministro por cuarta vez en su carrera, al frente de la Liga Musulmana de Pakistán (PML-N).

Por su parte, el popular exjugador de críquet Imran Khan, de 71 años, condenado a tres largas penas de prisión, no pudo presentarse como cabeza de lista de su agrupación, avivando las sospechas de parcialidad.

Su partido, Pakistan Tehreek-e-Insaf (PTI), ha sido víctima de numerosos arrestos y deserciones forzadas y se le ha impedido hacer campaña.

Khan, que tuvo el apoyo del Ejército cuando fue elegido en 2018, lo desafió directamente, acusándolo de orquestar su destitución del cargo de primer ministro en abril de 2022.

Su caída en desgracia parece haber favorecido a Sharif. Y aunque su partido figura como favorito, el resultado puede variar mucho en función de la participación, en particular la de los jóvenes.

La mayoría absoluta se antoja en cualquier caso difícil de alcanzar para la Liga Musulmana de Pakistán (PML-N), que probablemente deberá formar una coalición, tal vez con el Partido del Pueblo Pakistaní (PPP), la formación heredada por Bilawal Bhutto Zardari, hijo de la asesinada ex primera ministra Benazir Bhutto y del ex presidente Asif Ali Zardari.

Los centros de votación tienen previsto cerrar a las 17 (las 9 de Argentina) para los aproximadamente 128 millones de votantes registrados en los comicios, bajo la vigilancia de unos 650.000 miembros de las fuerzas de seguridad, informó la agencia de noticias AFP.

La campaña estuvo poco animada, prueba del desencanto con la política entre los paquistaníes, que en un 70 % «no confían en la transparencia de las elecciones», según una encuesta del instituto Gallup.

El país estuvo gobernado durante décadas por el Ejército, pero en 2013 hubo por primera vez un Gobierno civil.

Pakistán, que dispone del arma atómica y ocupa una posición estratégica entre Afganistán, China, India e Irán, afronta numerosos desafíos.

La seguridad se degradó desde que los talibanes regresaron al poder en Afganistán en agosto de 2021. La economía paquistaní acusa una deuda gigantesca y una inflación que ronda el 30 %.