El presidente de EE.UU., Donald Trump, podría enfocar pronto su interés en China, país al que ya tachó de «manipulador de divisas», según reflexiona la columnista Junheng Li, de Bloomberg, en su artículo titulado “La política monetaria de China se acerca a un punto crítico”.

 

Y mientras que el país asiático por ahora puede hacer frente a estas críticas, la especialista señala que si Trump hace reales sus amenazas de establecer sanciones comerciales, e implementar un arancel de importación de 45 % sobre todos los bienes chinos, «el impacto económico para la segunda mayor economía del mundo sería significativo y podría volcar los mercados financieros, lo que supondría desembocar en una recesión global».

 

En ese contexto, Junheng Li observa que China, que ya atraviesa por una desaceleración del crecimiento económico y de donde huyen los capitales, «está operando desde una posición debilitada».

 

Tipo de cambio estable

 

La columnista recuerda que el valor externo del yuan es administrado por las autoridades de tal modo que no es compatible con la fuerte presión apreciativa del dólar frente a todas las demás monedas. Según ella, el objetivo es «lograr un tipo de cambio estable, efectivo, ponderado por el comercio y promover la paridad móvil en relación con el dólar». Y esta paridad, señala la autora, se vería amenazada en caso de que una «guerra comercial debilitara la economía de China a un ritmo más veloz de lo previsto».

 

Agrega que «lo que se presentó como una depreciación gradual del yuan el año pasado fue en realidad un debilitamiento significativo del 6 % de la moneda frente al dólar. El colapso de la paridad móvil podría llevar a la depreciación del yuan».

 

Asimismo, Junheng Li destaca que las reservas de divisas de China siguen agotándose y que la cifra oficial de 3 billones de dólares «probablemente exagera la cantidad de dólares realmente disponibles para la intervención, con el fin de apoyar al yuan en al menos 1 billón de dólares».

 

Política monetaria insostenible

 

Por último, la columnista de Bloomberg expresa que “está claro que la política monetaria actual de China es insostenible». Y mientras que el país puede encontrarse cerca de un punto «donde una significativa devaluación de la moneda tendría sentido», existen razones sólidas para que las autoridades chinas quieran evitar un fuerte debilitamiento del yuan a corto plazo”.

 

Así, «un debilitamiento bilateral agudo proporcionaría a la Administración de Trump la munición para declarar a China como un ‘manipulador de divisas’ e imponer sanciones relacionadas con el comercio o la inversión», concluye Junheng Li.