El Índice de Precios al Consumidor (IPC) en los Estados Unidos registró una tasa interanual del 8,6% anual en mayo, récord desde el año 1981, según los datos oficiales publicados este viernes.

Tras desacelerase a 8,3% en abril y luego del pico de 8,5% en marzo, el índice inflacionario en Estados Unidos volvió a alcanzar un nuevo máximo, al tiempo que la comparación mensual se situó en 1%, siete décimas más que el mes previo y por encima de todas las estimaciones.

Si bien los economistas esperan que los índices inflacionarios den tregua en este año, por el momento se siguen registrando fuertes aumentos. Los datos revelaron que la gasolina se disparó un 4,1%, hubo  importantes aumentos en los vehículos nuevos y usados, en tarifas aéreas y en el área de vivienda.

La alta inflación obligó también a la Reserva Federal a una serie de subas en las tasas de interés, aumentando agresivamente los costes de los préstamos. Así, la Reserva Federal espera enfriar el gasto y el crecimiento lo suficiente como para frenar la inflación sin que la economía entre en recesión. Para el banco central, será un difícil acto de equilibrio.

Las encuestas muestran que los estadounidenses consideran que la alta inflación es el principal problema del país, y la mayoría desaprueba la gestión de la economía por parte del presidente, Joe Biden. Los republicanos del Congreso están presionando a los demócratas sobre este tema de cara a las elecciones de mitad de mandato de este otoño boreal.