El gobierno de Kosovo informó que un policía murió este domingo y otro resultó herido en un ataque del que responsabilizó a la vecina Serbia, en medio de un momento delicado en los esfuerzos de la Unión Europea (UE) por normalizar los lazos entre ambos rivales.

El primer ministro kosovar Albin Kurti dijo que “profesionales enmascarados” abrieron fuego con armas pesadas contra una patrulla policial en el poblado de Banjska, en el municipio de Leposavic, 55 kilómetros al norte de la capital, Pristina, a las 3 de la madrugada.

La Policía de Kosovo afirmó que dos camiones sin patentes bloquearon un puente en la entrada del pueblo, y que tres unidades policiales enviadas a desbloquearlo fueron atacadas desde diferentes puntos con diversas armas, incluidas granadas y bombas.

La Policía agregó que logró repeler el ataque y trasladar a dos policías heridos a un hospital de la ciudad de Mitrovica.

Uno de ellos murió al llegar, informó el hospital, que agregó que la condición del otro no amenazaba su vida.

«El crimen organizado, que cuenta con el apoyo político, financiero y logístico de Serbia, está atacando nuestro Estado», escribió Kurti en su página de Facebook.

Por su parte, el ministro de Interior de Kosovo, Xhelal Sveçla, aseguró en conferencia de prensa que retomaron «el control de esta zona, luego de varias batallas».

Del lado de los atacantes, la Policía kosovar confirmó tres muertos y la detención de cuatro más en la localidad de Rudare, en el sur de Serbia, donde se incautaron aparatos de comunicación pertenecientes a estos «grupos criminales».

También se encontraron armas, municiones y otros tipos de material.

Kosovo es un territorio de 1,8 millones de habitantes, poblado por una mayoría de personas de etnia albanesa y por unos 120.000 serbios, y anteriormente era una provincia del sur de Serbia. En 2008 declaró su independencia de manera unilateral.

Serbia se ha negado a reconocer la condición de Estado de Kosovo y todavía lo considera parte suya, aunque no tiene control formal allí. La mayoría de los albaneses son musulmanes, mientras que el grueso de los serbios son cristianos ortodoxos.

La independencia de Kosovo ha sido reconocida por unos 100 de los más de 190 países, incluido Estados Unidos y la mayoría de los de la UE.

Rusia, China y cinco naciones de la UE, entre ellas España, se han puesto del lado de Serbia. También para Argentina, Brasil y casi todos los países sudamericanos, Kosovo es parte de Serbia.

La guerra de Kosovo (1998-1999), entre fuerzas serbias e independentistas albanokosovares, dejó 13.000 muertos, la mayoría albaneses, y motivó una intervención de la OTAN, que bombardeó Belgrado, la capital de Serbia, sin el apoyo del Consejo de Seguridad de la ONU.

En declaraciones luego de una reunión del Consejo de Seguridad kosovar, Kurti dijo que era un «día triste» e identificó al policía muerto.

El primer ministro exhibió fotografías que mostraban varios vehículos con tracción en las cuatro ruedas y sin patentes, y un vehículo blindado de transporte de personal “que no pertenece a la policía de Kosovo”, cerca del monasterio ortodoxo en Banjska.

Hubo disparos continuos de lo que describió como un grupo de al menos 30 militares profesionales y enmascarados que atacaron el monasterio.

«Está claro que estos uniformados, al menos 30, son una unidad profesional organizada que ha venido a luchar a Kosovo”, afirmó, llamándolos a entregarse a las autoridades kosovares.

La mayor parte de la minoría étnica serbia de Kosovo vive en cuatro municipios alrededor de Mitrovica, en el norte.

El norte de Kosovo suele registrar incidentes de este tipo, pero las tensiones se dispararon en mayo después de que los dirigentes kosovares instalaran alcaldes de etnia albanesa en esos cuatro municipios de mayoría serbia.

Más de 30 soldados de la KFOR, la misión de paz de la OTAN para Kosovo, resultaron heridos entonces en enfrentamientos con manifestantes serbios que se oponían a la asunción de los alcaldes.

El jefe de política exterior de la UE, Josep Borrell, condenó “el espantoso ataque de una banda armada contra agentes de la policía de Kosovo” y dijo que «los responsables deben comparecer ante la justicia, y estos ataques deben cesar de inmediato”.

Borrell aseguró que la misión de la UE sobre el estado de derecho, o Eulex, estaba sobre el terreno y en estrecho contacto con las autoridades y la fuerza de mantenimiento de la paz de la OTAN para Kosovo (KFOR).

Miroslav Lajcak, enviado de la UE para las conversaciones, también condenó el “horrible ataque” y reiteró el llamado a “volver al diálogo inmediatamente”.

El presidente del parlamento serbio, Vladimir Orlic, dijo que Kurti «se apresuró a culpar a los serbios», y añadió que Kurti era quien quería una «escalada».

“Kurti dijo que era algún tipo de acción organizada por profesionales. Deben haber sido identificados y él sabe quiénes son y qué son», sostuvo Orlic.

En Belgrado, se espera que el presidente de Serbia, Aleksandar Vucic, se dirija al público en las próximas horas para “exponer las mentiras de Kurti”, según los medios progubernamentales.

A principios de este mes, una reunión de diálogo facilitada por la UE en Bruselas entre Kurti y Vucic terminó en acritud.

Washington ha apoyado plenamente las negociaciones y la postura de la UE.

En febrero, la UE presentó un plan de diez puntos para poner fin a meses de crisis políticas. Kurti y Vucic dieron su visto bueno en su momento, pero con algunas reservas que aún no han sido resueltas.