El general Brice Oligui Nguema, el nuevo hombre fuerte de Gabón tras el derrocamiento del presidente Ali Bongo, amenazó a los empresarios implicados en posibles casos de corrupción y les pidió compromiso para «desarrollar el país».

Auditorías recientes revelaron que «las empresas cobraron de más», declaró Oligui Nguema ante 200 empresarios «convocados” este jueves último en el despacho presidencial.

«Los servicios volverán a examinar estas investigaciones para garantizar que este exceso de facturación se devuelva al Estado», añadió.

Durante su alocución, las emisoras reprodujeron imágenes de uno de los hijos del depuesto mandatario y de otros exaltos cargos del gabinete delante de baúles, maletas y bolsas repletas de dinero, supuestamente incautados en sus domicilios.

El presidente Ali Bongo y otros seis ex altos cargos fueron detenidos y acusados por los militares de «malversación masiva de fondos públicos», «falsificación de la firma del Presidente de la República» y «alta traición».

Tanto la sociedad civil como los partidos opositores solían acusar a los empresarios cercanos al poder de «sobrefacturación» masiva en sus contratos con el Estado, a cambio de comisiones pagadas a altos funcionarios.

«Es una situación que, para mí, no puede continuar, y no la toleraré», sentenció Ngema, que el lunes será investido presidente de «transición».

El presidente Ali Bongo fue depuesto el miércoles por miembros del ejército poco después de que las autoridades electorales anunciaran su reelección para un tercer mandato, tras 14 años en el poder de este país de África central rico en petróleo.

El principal candidato opositor en las recientes elecciones presidenciales, Albert Ondo Ossa, describió el golpe de Estado contra Ali Bongo como «una revolución de palacio» y reclamó que se publiquen los «verdaderos» resultados de los comicios, en los que asegura haber ganado.

A su vez, afirmó que la asonada encabezada por Nguema, el hasta entonces jefe de la Guardia Republicana, «no fue un golpe de Estado», sino un intento de la familia del presidente para mantenerse en el poder.

Recordó que «Nguema es primo de Ali Bongo» y sostuvo que «los Bongo han encontrado la forma de darle continuidad al sistema Bongo-PDG», en referencia al Partido Democrático Gabonés, liderado por el presidente depuesto.

«El sistema Bongo continúa, no es un golpe de Estado», recalcó, al tiempo que apuntó que detrás de este «golpe de palacio» está Pascaline Bongo, hermanastra de Ali Bongo, quien la apartó de sus puestos de responsabilidad al asumir el poder en 2009 tras el fallecimiento de su padre, quien había liderado el país desde 1967.

Las relaciones entre Pascaline Bongo, quien fue ministra de Exteriores entre 1992 y 1994, además de encabezar el Gabinete del Presidente desde 1994 y 2009, y su hermanastro fueron tirantes desde entonces, lo que llevó a Ondo Ossa a decir que «la que está detrás de Nguema es Pascaline Bongo».

Los golpistas justificaron su accionar en que «el país atraviesa una grave crisis institucional, política, económica y social» y alegaron que las recientes elecciones «no cumplieron con las condiciones de transparencia, credibilidad e inclusividad esperadas por los gaboneses».

Bongo, que permanece bajo arresto domiciliario, pidió en un video ayuda a la comunidad internacional, a la que ha emplazado a «hacer ruido» frente al autoproclamado Comité para la Transición y la Restauración de las Instituciones (CTRI), nombre oficial de la junta.

Según los resultados oficiales de las elecciones, Bongo había acumulado el 64,27% de los votos, mientras que Ondo Ossa habría recibido el 30,77%.

Todas las victorias electorales de Bongo desde 2009 han estado marcadas por las denuncias de fraude.

El presidente sufrió un infarto cerebral en 2018 que lo apartó durante casi un año de la esfera pública, si bien decidió retomarla.

Apenas unos meses después, en enero de 2019, un grupo de militares protagonizó una asonada que fue desarticulada por las autoridades.