El presidente Francoise Hollande dio la orden y esta misma noche aviones caza bombarderos franceses comenzaron el ataque contra Raqqa, una de las ciudades más importantes conquistadas por el Estado Islámico, en el marco de la Guerra Civil Siria.

Alrededor de 12 aviones han disparado decenas de bombas sobre objetivos específicos, luego de haber despegado desde bases ubicadas en Jordania y los Emiratos Árabes Unidos, en una operación conjunta con fuerzas norteamericanas.

A su turno, el ministro de Defensa francés, Kean Yves Le Drian, dijo que «el primer objetivo destruido era usado por Daesh – acrónimo en árabe del EI – como puesto de mando, centro de reclutamiento y depósito de armas y municiones. El segundo albergaba un campo de entrenamiento terrorista».

En otro orden, es de destacar que la mayoría de los discursos pronunciados en la cumbre del G-20 reclamaban una respuesta armada y contundente contra los yihadistas. En ese sentido, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, ha dicho que «la cooperación (contra el EI) entre Estados Unidos y Rusia es crucial».

«Es triste como al final nos acaba cayendo a nosotros. Que Dios nos bendiga y proteja a los civiles de Raqqa», se expresaron en las redes alguno civiles de la ciudad siria. Mientras tanto, la ONU informó que más de 120.000 sirios han huido de sus casas desde principios del mes de octubre. Eso provocará -según algunos observadores- aumentar el éxodo rumbo a Europa o provocar más muertes en los derruidos campos de refugiados del norte de Siria, del Líbano o de Jordania.