El impacto de la huelga lanzada por el sindicato United Auto Workers (UAW), con sede en Detroit, contra los tres grandes fabricantes de automóviles de Estados Unidos se está extendiendo mientras el paro entra en su sexto día.

General Motors (GM) Co. está paralizando su planta de Fairfax en Kansas, donde trabajan 2.000 empleados por hora, como resultado del impacto del reclamo del UAW en su planta de ensamblaje de Wentzville en Missouri.

«Es lamentable que la decisión de los dirigentes del UAW de convocar un paro en la planta de ensamblaje de Wentzville haya tenido un efecto dominó negativo, ya que la planta de GM en Fairfax en Kansas está inactiva hoy y la mayoría de los miembros abandonan la instalación porque no hay trabajo», citó el Detroit News a un comunicado de GM el miércoles.

El despido se debe a la escasez de piezas estampadas suministradas por las operadoras de estampado de Wentzville a Fairfax. Los empleados no recibirán pago suplementario de GM mientras estén despedidos.

Ford Motor Co. y Stellantis NV enfrentan el mismo problema.

Stellantis dijo el miércoles que despediría inmediatamente a 68 trabajadores en su planta de mecanizado como resultado de la huelga del UAW en su planta de jeeps de Toledo en Ohio. Cientos más en la planta de mecanizado de Toledo podrían ser despedidos pronto si no cesan los reclamos.

El fabricante de automóviles anticipa además otros posibles 300 despidos en las plantas de transmisión y de fundición de Kokomo en Indiana, según un comunicado enviado por la portavoz de Stellantis, Jodi Tinson.

Ford ya despidió temporalmente a 600 trabajadores en su planta de ensamblaje de Michigan en Wayne el pasado viernes.