El líder supremo de Irán, ayatollah Ali Jamenei, negó este martes acusaciones de que su país estuvo involucrado en el ataque masivo lanzado el sábado pasado por su aliado el movimiento islamista Hamas en Israel, al tiempo que reafirmó el apoyo a Palestina.

«Los partidarios del régimen sionista de Israel y algunas personas del régimen usurpador han difundido rumores en los últimos dos o tres días, entre ellos que el Irán islámico estaba detrás de esta acción. Son falsos», dijo Jamenei en un discurso pronunciado en una academia militar.

El líder supremo, máxima autoridad de la teocrática República Islámica de Irán, consideró que con el ataque sorpresa de Hamas, Israel sufrió «un fracaso irreparable en los ámbitos militar y de inteligencia».

«E insisto en el término ‘irreparable'», enfatizó, informó la agencia de noticias AFP.

Al igual que otros responsables iraníes el lunes, Jamenei negó acusaciones sobre la implicación de Teherán en la preparación del ataque de Hamas, un movimiento al que la república islámica apoya abiertamente.

«Claro que defendemos a Palestina, y que defendemos las luchas. Besamos la frente y las manos de los iniciadores (de este ataque), y a los jóvenes valientes palestinos», declaró.

«Por supuesto, todo el mundo musulmán está obligado a apoyar a los palestinos», apostilló.

Jamenei, que propugna con regularidad la destrucción del Estado de Israel, consideró que «este desastre fue provocado por los propios sionistas».

«El acto valiente y desinteresado de los palestinos es una respuesta a los crímenes del enemigo usurpador, que duran desde hace años y se agravaron en los últimos meses», abundó Jamenei.

Por último, calificó de «error de cálculo» que Israel «se haga la víctima» tras el ataque, como «pretexto para multiplicar los crímenes».

Desde el sábado, el Ejército israelí bombardeó cientos de objetivos en la Franja de Gaza, enclave palestino gobernado por Hamas, en respuesta a la ofensiva por tierra, mar y aire que el movimiento islamista lanzó contra Israel.

En las hostilidades han muerto unas 900 personas del lado israelí, y unas 700 del lado palestino, según las autoridades respectivas.