La primera ministra británica, la conservadora Theresa May, manifestó hoy una posición contraria a las leyes que prohíban lucir el velo islámico, después de que la justicia europea avalara que las empresas privadas puedan vetar esa prenda.

«En este país tenemos una larga tradición de libertad de expresión. Todas las mujeres tienen el derecho de elegir cómo se visten y no tenemos intención de legislar sobre ese asunto», dijo May en la Cámara de los Comunes.

La declaración de May se produce un día después que el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) avalara la prohibición de la prenda islámica en las empresas, siempre que las normas internas comprendan cualquier símbolo religioso, filosófico o político, y no solo a aquellos de una confesión particular.

La corte sostiene que la medida sería discriminatoria si resultara una «desventaja» para aquellas personas que profesan una religión determinada.

Para la jefa del gobierno británico, «hay ocasiones en las que es correcto pedir que se retire el velo», como en controles de seguridad fronterizos o «quizás en los juzgados», y admitió que «las instituciones individuales pueden aplicar sus propias políticas».

Sin embargo explicó, citada por EFE, que «no es labor del gobierno decirle a las mujeres lo que pueden o no pueden llevar. Queremos continuar con esta sólida tradición de libertad de expresión».

Desde las filas de la oposición británica, el diputado laborista Chuka Umunna advirtió que en el Reino Unido está «extendida» la islamofobia y expresó su desacuerdo con la sentencia europea.

«Como alguien que se ha dedicado a aconsejar a empleados durante casi una década como abogado, me preocupa que aquellos que lean las noticias sobre la decisión de esta corte de justicia europea lo interpreten como una luz verde para aplicar una mayor discriminación en el trabajo», afirmó.

La secretaria de Estado para la Igualdad del gobierno británico, Caroline Dinenage, indicó que estaba trabajando para actualizar sus guías para empleados en cuanto a cómo abordar el asunto de la religión en el ámbito laboral.

«Queremos ser absolutamente claros con todos los afectados en que en la Ley de Igualdades los derechos de las mujeres y de los trabajadores con evidentes sentimientos religiosos no han sufrido cambio alguno; los vamos a continuar protegiendo», dijo Dinenage.

La prohibición en los países de la Unión Europea de símbolos religiosos es una polémica recurrente que siempre ha afectado, sobre todo, a los musulmanes.
En 2004, Francia prohibió el uso del velo y de todo símbolo religioso visible en las escuelas.

En 2010, los poderes políticos belgas prohibieron también el uso en público del velo integral, conocido como burka o niqab, una postura que Francia también incluyó en su legislación ese mismo año.