El líder norcoreano, Kim Jong-un, ordenó este domingo acelerar los preparativos militares para una guerra «que podría estallar en cualquier momento» y anticipó que el próximo año el país pondrá en órbita tres satélites espía, tras el «éxito» del primer lanzamiento de este tipo en 2023.

En un largo discurso al término de una reunión de cinco días del Comité Central del Partido de los Trabajadores, Kim acusó a Estados Unidos de plantear «varios tipos de amenaza militar» y ordenó que su ejército vigile de cerca la situación de seguridad en la península que comparte con Corea del Sur y que «responda siempre con una actitud abrumadora».

«Una guerra puede estallar en cualquier momento en la península debido a los temerarios movimientos de los enemigos para invadirnos», dijo el líder norcoreano.

En la cita anual, donde se fija el rumbo estratégico del país, Kim anunció el lanzamiento de tres nuevos satélites espía en 2024, la construcción de drones y el desarrollo de las capacidades de guerra electrónica.

Corea del Norte puso exitosamente en órbita un satélite militar espía en noviembre y desde entonces afirma que ha proporcionado imágenes de sitios militares tanto estadounidenses como surcoreanos.

Este año también condujo un número récord de ensayos armamentísticos, incluyendo el lanzamiento de su más poderoso misil balístico intercontinental (ICBM), mientras culpa a Estados Unidos de crecientes amenazas.

Corea del Sur, Japón y Estados Unidos intensificaron su cooperación en materia de defensa este año, frente a las crecientes amenazas nucleares y de misiles por parte de Pyongyang, y activaron recientemente un sistema para compartir datos en tiempo real de los lanzamientos de misiles norcoreanos.

A inicios del mes, un submarino estadounidense de propulsión nuclear llegó al puerto surcoreano de Busán, y Washington envió bombarderos de largo alcance para ejecutar maniobras con Seúl y Tokio.

Para Pyongyang, el envío de armas estratégicas, como los bombarderos B-52, a las maniobras conjuntas en la península coreana son «acciones intencionalmente provocadoras de Estados Unidos para una guerra nuclear».

«Debemos responder rápido a una posible crisis nuclear y continuar acelerando los preparativos para pacificar el territorio entero de Corea del Sur movilizando todos los medios físicos y fuerzas, incluyendo la nuclear, en caso de emergencia», dijo Kim.

En la reunión, el líder norcoreano dijo que no seguiría buscando la reconciliación y la reunificación con Corea del Sur, al destacar una «persistente e incontrolable situación de crisis» en la península, que, afirmó, desencadenaron Washington y Seúl.

Las relaciones entre las dos Coreas están en uno de sus peores momentos, luego del lanzamiento del satélite espía, que llevó a Seúl a suspender parcialmente un acuerdo militar de 2018 destinado a rebajar las tensiones en la península.

«Creo que es un error que no deberíamos seguir cometiendo considerar a las personas que nos declaran como su principal enemigo como alguien con quien buscar reconciliación y reunificación», sostuvo Kim.

Corea del Norte se declaró el año pasado una potencia nuclear «irreversible», y asegura que su programa nuclear es clave para su supervivencia.

El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas adoptó varias resoluciones instando al país a detener sus programas balísticos y nucleares desde su primer ensayo nuclear en 2006.