El ex presidente estadounidense Donald Trump comenzó a ser enjuiciado este lunes en el proceso que lo tiene como acusado de falsificar registros comerciales para encubrir un pago a una actriz porno, efectuado antes de las elecciones de 2016 con el objetivo de que «haga silencio» sobre un supuesto encuentro sexual entre ambos.

El histórico juicio -el primer proceso penal contra un ex titular de la Casa Blanca- se desarrolla en Manhattan y contempla posibles condenas que van desde la libertad condicional hasta los cuatro años de prisión.

El caso por el que Trump está siendo enjuiciado involucra un pago de 130.000 dólares para silenciar a una actriz porno, conocida como Stormy Daniels, que afirma que tuvo un encuentro sexual con el empresario en 2006.

El pago habría sucedido en las jornadas previas a las elecciones de 2016 y tiene como agravante la supuesta falsificación de 34 documentos comerciales para encubrir el desembolso.

Este lunes, el abogado defensor de Trump ratificó que su cliente «no cometió ningún delito» y manifestó que fue acusado con pruebas endebles. El ex presidente estadounidense, por su parte, dijo que estar «muy orgulloso» comparecer ante el tribunal.

Uno de los abogados de la oficina del fiscal de distrito de Manhattan, Alvin Bragg, no coincide con estas posturas. En el inicio del juicio, planteó que se está ante un esquema «de fraude electoral, puro y simple».

Cabe aclarar que los procedimientos contra Trump no serán televisados, debido a que la ley de Nueva York no perite la grabación de los procesos penales.

En la primera jornada, los fiscales contaron con 40 minutos para presentar sus declaraciones iniciales y los abogados del ex presidente estadounidense tuvieron 25 minutos.

A su turno, el fiscal Matthew Colangelo expuso que «el acusado orquestó un plan criminal para corromper las elecciones presidenciales de 2016 y luego encubrió esa conspiración criminal mintiendo en sus registros comerciales de Nueva York una y otra y otra vez».

Por su lado, el defensor de Trump, Todd Blanche, sostuvo que «no hay nada de malo en tratar de influir en una elección», ya que «eso se llama democracia». «Le han puesto algo siniestro a esta idea, como si fuera un crimen. El presidente Trump se defendió como siempre lo hace, y como tiene derecho a hacerlo para proteger a su familia, su reputación y su marca. Eso no es un delito», argumentó.

Además de este proceso en Manhattan, el ex presidente enfrenta otras tres causas que aún no llegaron a los tribunales: el caso del ataque al Capitolio del 6 de enero de 2021; el de los esfuerzos por revertir la derrota de Trump en Georgia en las elecciones de 2020; y el del manejo de documentos clasificados, que iniciará el 20 de mayo.