Una propuesta de Brasil que pedía «pausas humanitarias» a los combates en Gaza fue rechazada este miércoles por Estados Unidos en el Consejo de Seguridad de la Organización de la Naciones Unidas (ONU), por lo que no se logró la aprobación de la resolución, dado que el país norteamericano es uno de los cinco miembros permanentes con poder de veto.

El texto de Brasil, actual presidente del Consejo, que había evitado el llamado a un alto el fuego para ganar el apoyo estadounidense, había sido respaldado por una docena de miembros, entre los que figuran China y Francia, mientras que Rusia y el Reino Unido se abstuvieron en la votación.

El documento, objeto de cambios de última hora tras el bombardeo contra un hospital en la Franja de Gaza que dejó centenares de muertos, y del que las partes en conflicto se acusan mutuamente, «enfatizaba» que «los civiles en Israel y el territorio palestino ocupado, incluido Jerusalén Este, deben ser protegidos, de acuerdo a la legislación internacional».

La propuesta de Brasil también condenaba expresamente los «ataques terroristas odiosos» del grupo Hamas, pero no reconocía el derecho de Israel a defenderse, como exigía Estados Unidos.

La embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Linda Thomas-Greenfield, declaró que su país estaba «decepcionado» de que la resolución «no mencione los derechos de autodefensa de Israel».

«Al igual que todas las naciones del mundo, Israel tiene el derecho inherente de autodefensa, como se refleja en el artículo 51 de la Carta de la ONU», precisó la representante.

«Sí, las resoluciones son importantes. Y sí, este Consejo debe hablar», agregó Thomas-Greenfield y destacó que las acciones que se tomen «deben basarse en hechos y respaldar esfuerzos diplomáticos directos que puedan salvar vidas».

El Consejo rechazó además una enmienda propuesta por Rusia para incluir en el texto un «llamado sin ambigüedad a parar los indiscriminados ataques contra objetivos civiles en la Franja de Gaza», en particular el recién cometido contra el hospital Al Ahli, que dejó unos 500 muertos.

El embajador de China ante la ONU, Zhang Jun, expresó su consternación por el fracaso de la iniciativa brasileña, así como por el rechazo a las enmiendas de Rusia.

«Por el hecho de que el proyecto de resolución no haya sido adoptado, nuestra reacción es de conmoción y decepción», dijo Zhang.

El veto fue condenado en un comunicado por el embajador de la ONU en Brasil, Sergio Franca Danese, quien evaluó que «prevalecieron el silencio y la inacción», y agregó que esperaba que «los esfuerzos de otros actores produzcan resultados positivos», según comunicado.

También criticó el veto el director de Human Rights Watch para la ONU, Louis Charbonneau, quien manifestó que tuvo lugar «en un momento de carnicería sin precedentes» y que al hacerlo «bloquearon las demandas en las que tan a menudo insisten en otros contextos: que todas las partes cumplan con el derecho internacional humanitario y garanticen que la ayuda humanitaria vital y los servicios esenciales lleguen a las personas necesitadas».

Por su parte, el canciller israelí, Eli Cohen, reiteró la versión de que el hospital resultó dañado por un lanzamiento fallido de un cohete por parte del grupo Yihad Islámica y anunció que su país presentará ante el Consejo pruebas de que Israel no atacó el hospital Al Ahli.

La ONU fracasa en su intento por aprobar una resolución sobre el conflicto, luego de que el lunes rechazara una resolución de Rusia que condenaba la escalada de violencia en Medio Oriente, dado que no mencionaba a Hamas por su ataque sorpresa a Israel.

La nueva escalada comenzó el 7 de octubre tras un sorpresivo ataque de Hamas a Israel que dejó al menos 1.400 muertos, a la que el Gobierno israelí respondió con una serie de bombardeos sobre la Franja de Gaza que ya dejan al menos 3.000 muertos palestinos.

Además, el movimiento palestino secuestró a al menos 199 rehenes, según el Ejército israelí, mientras el grupo islamista afirmó que la cifra es de 200 a 250 cautivos.

Desde el 9 de octubre, Israel inició un asedio total contra el enclave palestino, movilizó a 300.000 reservistas, cortó el suministro de agua y dio un ultimátum para que civiles evacúen el norte de Gaza. De acuerdo con la ONU, este traslado podría acarrear consecuencias humanitarias devastadoras.