El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y el primer ministro japonés, Fumio Kishida, anunciaron el miércoles un aumento de la cooperación militar conjunta y un nuevo sistema de defensa antimisiles, reforzando su alianza con la vista puesta en las acciones agresivas de China y Rusia.

China está intentando aislar a Japón y Filipinas, según un funcionario estadounidense. Al reunirse con los líderes de esas dos naciones esta semana en Washington, Biden pretende «dar la vuelta al guion y aislar a China».

En ese marco, Biden dijo en una conferencia de prensa conjunta en la Casa Blanca con Kishida, tras cerca de dos horas de conversaciones que se centraron en la agitada región Indo-Pacífica, Ucrania y el conflicto de Gaza, que “esta es la mejora más significativa de nuestra alianza desde que se estableció por primera vez», señaló el mandatario norteamericano.

Por su parte, Kishida explicó que hablaron también de las tensas relaciones entre Taiwán y China, y se comprometieron a mantener un orden internacional basado en el Estado de derecho.

Agregó, el primer ministro que «los intentos unilaterales de cambiar el statu quo por la fuerza o la coerción son absolutamente inaceptables, dondequiera que se produzcan», afirmó Kishida, quien afirmó que Estados Unidos y Japón seguirán respondiendo a este tipo de acciones, incluidos los desafíos de China.

Biden dijo que sus ejércitos cooperarán con una estructura de mando conjunta y que, junto con Australia, desarrollarán una nueva red de defensa aérea contra misiles. Los líderes también anunciaron que astronautas japoneses participarán en misiones lunares de la NASA.

Japón, descrito a menudo como el aliado asiático más importante de Estados Unidos y su mayor fuente de inversión extranjera directa, está asumiendo un papel global cada vez más importante tras una serie de cambios en las leyes de seguridad en la última década que han transformado su constitución pacifista.

Las potencias alcanzaron unos 70 acuerdos de cooperación en materia de defensa, entre los que se incluye la modernización de la estructura de mando militar de Estados Unidos en Japón para que pueda colaborar mejor con las fuerzas japonesas en caso de crisis.