Al menos un muerto y diecisiete heridos es el saldo de un atentado registrado en San José Pinula, una ciudad a 22 kilómetros de la Ciudad de Guatemala, en el cual se hizo estallar una bomba plantada en un colectivo.

Ocurrido alrededor de las 8 de la mañana, la Policía Nacional Civil y el Ministerio Público informaron  que se trató de un artefacto casero detonado a distancia, y en la investigación del lugar se hallaron un cable de conducción eléctica, una placa de celular, celdas de batería de motocicleta y un encendedor de vehículo.

El presidente de Guatemala, Jimmy Morales, expresó su «indignación y condena enérgica» por el hecho y ordenó que se «agilice» la búsqueda de los autores «materiales e intelectuales» del atentado.

Un ataque similar se había registrado en 2011, cuando se utilizó el mismo modus operandi en un ómnibus de la ruta Quetzal, según el Ministerio de Gobernación. Sin embargo, ya son 60 los ataques sólo en este año contra el transporte público en el país.

Generalmente suelen ser casos de extorsionistas que cobran a los pilotos una cantidad económica bajo la amenaza de que si no lo hacen serán asesinados. Entre enero y marzo de este año hubo 44 personas fallecidas por distintos ataques armados contra colectivos, ,siendo 12 de ellos choferes, 11 conductores de Tuc-Tuc (pequeñas motos), 8 pilotos de taxi, 3 conductores de microbús, 3 ayudantes, 2 usuarios, 2 presuntos asaltantes, 2 empresarios y 1 agente de policía, según datos de la Procuraduría de los Derechos Humanos (PDH).

Si se cuenta desde el 2010, son 1.857 personas las fallecidas en este tipo de ataques, que suelen ser con armas de fuego, de los cuales 508 fueron usuarios, 473 pilotos y 206 ayudantes.