Por Carlos Duclos

En un claro mensaje que está dirigido a los países occidentales liderados por los Estados Unidos de Norteamérica, interesados en concretar en Siria el mismo objetivo que lograron en Irak y Libia, el presidente sirio, Bashar al Assad, ha expresado ayer, tras los atentados cometidos en París y que dejaron cerca de 130 muertos y más de 250 heridos,  que “el mundo debería corregir sus políticas erróneas contra el terrorismo”. El mandatario sirio añadió que “Francia conoció  lo que vivimos en Siria desde hace cinco años». Estas palabras,  Al Assad las ha pronunciado al recibir ayer a una delegación de diputados franceses en Damasco, a quienes, desde luego les dio las condolencias.

El gobierno Sirio ha condenado el ataque, pero no perdió la oportunidad de decirle a la delegación francesa,  de paso, que “el mundo debería corregir sus políticas erróneas contra el terrorismo”, según la agencia de noticias oficial del país, Sana. Assad, quien combate no sólo contra los rebeldes que intentan derrocarlo, sino contra el grupo terrorista Estado Islámico, que ha tomado gran parte de su país, ha manifestado, según la agencia de noticias France Press, lo que muchos analíticos internacionales sostienen: que los atentados en París son resultado de la política francesa en Oriente Medio y las políticas equivocadas de los Estados occidentales, particularmente Francia, hacia los acontecimientos de la región (de Oriente Medio)”. Fue más allá y expresó que “el apoyo de un número de sus aliados a los terroristas son razones que están detrás de la expansión del terrorismo», según la agencia de noticias siria Sana que replicó Efe.

Como se sabe, Siria sufre una guerra civil que se prolonga por más de cuatro años, luego de  un alzamiento con el que se intentó derribar al gobierno de Assad. Además de los llamados rebeldes, que persisten en derrocar al régimen sirio y que cuentan con el apoyo de los Estados Unidos de América, actúan en el campo bélico grupos yihadistas, terroristas de Estado Islámico, que son aliados en los hechos de los rebeldes y que han copado vastas regiones en Siria asesinando a miles de cristianos. En el conflicto sirio, ya han muerto más de 200.000 personas.

Cabe recordar que Francia (véase la opinión, en este diario, “Crónica de un Atentado Anunciado”) participa desde fines del año pasado junto con Norteamérica y otros países en bombardeos contra el grupo terrorista, y que hace pocos días enfiló su portaaviones hacia los mares del Medio Oriente con ese mismo propósito.

La génesis del conflicto en Siria

Estados Unidos de Norteamérica y sus “aliados”, luego de las invasiones a Irak (so pretexto de una peligrosidad inexistente) y los ataques a Libia, han puesto la mira ahora en Siria ¿Por qué? ¿Por amor a la democracia? De ninguna manera. Como bien lo dice la periodista y analista en temas internacionales Liliya Khusainova, “cuando se trata de lucro todo vale para los Estados Unidos” y lo cierto es que Siria, que había comenzado a ser una potencia económica en la región, por sus riquezas petrolíferas y gasíferas, estaba en planes de construir importantes plantas de procesamientos de gas y gasoductos y más explotaciones petrolíferas junto con Rusia. Dice Khusainova: “Otro proyecto irritante para EE.UU. fue el acuerdo de 10.000 millones de dólares firmado por Irak, Irán y Siria en 2011 sobre la construcción de un gasoducto con capacidad de 110 millones de metros cúbicos de gas al día. El proyecto estaba previsto para el año 2016”.

Además, poco antes del estallido de la guerra (civil), Al Assad propuso el concepto ‘Estrategia de los cuatro mares’ donde Siria ocuparía un lugar central y sería el único gran país árabe, con acceso al mar Mediterráneo, es decir, acceso a Europa y el Atlántico.  El proyecto preveía la construcción de gasoductos para conectar los mares circundantes de Siria alrededor del perímetro del Levante: el Caspio, el Mediterráneo, el mar Negro y el golfo Pérsico. En la práctica esto significaría la unión de Siria, Irán, Turquía y Azerbaiyán en el sistema de transporte de gas y petróleo con el único acceso al mar Mediterráneo.

“El proyecto suponía la participación de varias empresas rusas, pero las compañías de Europa y EE.UU. no fueron invitadas”.

Una casualidad, que por supuesto no lo es, es que las principales ciudades sirias por las que deberían haber pasado las nuevas tuberías -Homs, Damasco y Alepo- hoy  están bajo  control o asedio  de los terroristas. No por nada el Vaticano y muchos dignatarios de la Iglesia, preocupados por las matanzas a los que están siendo sometidos cristianos en Irak, Siria y otros países a manos de terroristas, se preguntan ¿quién financia a estos grupos? Habría que agregar: ¿con qué propósito?