Las agencias calificadoras Moody’s Investors Service y S&P, redujeron la categoría de Ford Motor Company a “chatarra”, ya que dudan del plan que presentó la empresa para reactivar su producción.

Ambas agencias justificaron su decisión argumentando que las plantas de Ford están paralizadas en el mundo, y que si bien aún se generan ingresos por la venta de vehículos, éstos fueron fabricados en años anteriores, con lo cual una vez agotado el stock, no habrá más producción para comercializar.

“El estrés de tener cerradas todas las plantas de una compañía es diferente al estrés que genera un cierre ocasionado por una recesión convencional. El ritmo de la quema de efectivo, incluso en pocos meses, podría ser más rápido del que sucede durante una recesión típica”, sostuvieron desde S&P.

En tanto, desde esta agencia explicaron que Ford utiliza la liquidez de sus reservas para pagar los costos corrientes y el servicio de la deuda, sin generar más liquidez.

En 2019 la deuda total de Ford era de 155 mil millones de dólares. Tras entrar en la categoría de chatarra, se ven afectados bonos y papeles de duda por 36 mil millones de dólares.

La presión de la City de Londres

Hay quienes sostienen que se trata de un chantaje de la City de Londres y de Wall Street para forzar a que Ford cierre aún más su producción y se ajuste a los estándares de protección medioambiental.

En junio del año pasado y presionado por Londres, el director ejecutivo de Ford, James Hackett, anunció un plan de reestructuración para poder saldar sus deudas, que proponía el cierre de seis de las veinticuatro plantas de la empresa tiene en Europa, lo que implica la reducción del 20% de su personal en ese continente para fines del 2020.

Por otro lado, Ford también podría enfrentar multas millonarias por parte de la Unión Europea ya que sus vehículos no se ajustan a la normativa de emitir solo 95 gramos de dióxido de carbono por kilómetro.

Con esta medida, Ford se convierte en la compañía más grande del mundo con el estatus de bonos chatarra. Pero por otro lado, Ford representa un enorme potencial de capacidad de máquinas y herramientas, con lo que se puede reconvertir para producir, por ejemplo, los respiradores que se necesitan con urgencia en el mundo en medio de la pandemia por Covid-19, cosa que está haciendo ya en menor medida.