El partido conservador, en el Gobierno en Reino Unido, sufrió este viernes un duro revés en dos elecciones parciales en los distritos de Tamworth y Mid-Bedfordshire frente a los laboristas que salieron fortalecidos de cara a las elecciones legislativas del próximo año.

«Es un resultado histórico», reaccionó entusiasmado el líder laborista y aspirante a primer ministro, Keir Starmer.

«Avanzamos humildemente para presentar argumentos positivos para que el país tenga esa oportunidad de darle la espalda a 13 años de decadencia» y entrar en una «década de renovación nacional», agregó Starmer.

Las dos circunscripciones en juego en el centro de Inglaterra eran escaños «seguros» para los conservadores, habían señalado los propios laboristas, a pesar del mal momento en los sondeos de los ‘tories’ antes de los comicios previstos en 2024.

Pero, en el momento de peor popularidad del primer ministro conservador Rishi Sunak desde su llegada al poder, la oposición revirtió las amplias ventajas conseguidas por los conservadores en otras elecciones en el pasado en esas circunscripciones y se hizo con los escaños.

«Los resultados de ayer muestran que los votantes de Mid Bedfordshire, Tamworth y el Reino Unido quieren un cambio de manera abrumadora. El Partido Laborista cumplirá con los trabajadores, con un plan adecuado para reconstruir nuestro país. Los laboristas devolverán al Reino Unido su futuro», publicó Starmer en la red social X (antes Twitter).

En Tamworth, la candidata laborista Sarah Edward, pudo dar la vuelta a los casi 20.000 votos de ventaja conseguidos por los conservadores en los últimos comicios y ganó la circunscripción por 1.316 sufragios.

Y en Mid-Bedfordshire, bastión conservador desde 1931, ganado por ese partido en 2019 con 24.664 votos de ventaja, el laborista Alistair Strathern se hizo con la banca con 1.192 sufragios de diferencia.

Ambas derrotas llevan la huella de la era del expremier conservador Boris Johnson, que tuvo que dejar el cargo de primer ministro en 2022 tras una sucesión de escándalos, varios de ellos por fiestas organizadas en Downing Street durante el coronavirus.

En Mid-Bedfordshire, la elección parcial estuvo provocada por la dimisión de la diputada Nadine Dorries, defensora de Johnson, por discrepancias con el actual primer ministro, a quien acusó de abandonar los «principios fundamentales del conservadurismo».

En Tamworth, la votación buscaba sucesor a Chris Pincher, en el centro de un escándalo por haber manoseado sin permiso a dos hombres, en un asunto que también terminaría salpicando a Boris Johnson.

El ex primer ministro lo había nombrado para un cargo importante a pesar de que había sido informado previamente de acusaciones similares contra Pincher, algo que Johnson dijo que había olvidado.

Este resultado representa un mal augurio para Sunak, cuyo partido ocupa el poder desde hace 13 años y que celebra la próxima semana su primer aniversario al frente del Gobierno británico.

Sunak aportó inicialmente una apariencia de estabilidad, después de los escándalos de Johnson y el breve período de la conservadora Liz Truss.

Pero su popularidad descendió de forma clara y trata de rehacerse, esforzándose por presentarse como una encarnación del cambio, a pesar de que su partido se mantuvo en el poder durante 13 años.

Mientras Sunak viaja por Medio Oriente, al presidente del Partido Conservador, Greg Hands, no le quedó más remedio que aceptar la derrota, aunque trató de ser optimista de cara a las próximas legislativas.

«Es un resultado muy decepcionante para nosotros perder estos dos escaños. Pero son elecciones parciales. Y para ser sincero, un gran número de nuestros votantes se quedó en casa», dijo Hands, replicó la agencia de noticias AFP.

De todos modos, reconoció que estas votaciones representan un aviso de que «claramente, tenemos un gran trabajo que hacer».