Por Marina Vidal

«Para ser poeta hace falta comer el pan del pueblo»... reza un pasaje del Prólogo de «Manos. Libro de Octubre», citando a su autor.

Las luchas obreras argentinas dejaron huellas en la historia y pareciera que las imágenes y testimonios se repitieran cual fotocopia de décadas pasadas en los diarios de hoy. Miguel Catalá, profesor y licenciado en Historia, escritor y poeta presenta «Manos. Libro de Octubre. Antología de poemas en homenaje a los trabajadores y su lucha». En esta oportunidad, la producción fue realizada junto a Julio Leiva y Mauro Gentile quienes completan el trío de autores que dio origen a este libro.

La presentación oficial será el viernes 4 de mayo, en la sede de la Coad (Tucumás 2259) a las 19 en donde hablará, además de los autores, el escritor Roberto Retamoso, quien tuvo a su cargo el prólogo de la obra.

En diálogo con Conclusión, Catalá y Leiva contaron un poquito más sobre el proceso que culminó con la presentación de esta obra.

«Este libro es del año pasado, pero por razones de tiempos de imprenta y trámites no pudimos presentar. Su título tiene que ver con que el año pasado en octubre, se cumplió el centenario de la Revolución Rusa y además estando en Argentina tiene doble interpretación de lo que para nosotros significa la palabra octubre dentro del contexto del movimiento obrero de nuestro país. Después, -como si hiciera falta- le agregamos un subtitulo «Antología de poemas en homenaje a los trabajadores y su lucha» porque precisamente es en homenaje a los trabajadores y los momentos de lucha, considerando que la lucha del trabajador es de todos los días», comenzó a detallar el autor originario de la idea.

Y agregó: «Hablamos de los trabajadores argentinos de todo tipo, en el sentido amplio, excepto los patrones. Y aclaramos esto porque aunque esos patrones se levanten a las 7 de la mañana a abrir su taller, si tienen al menos un empleado, para nosotros, es patrón. También está dedicado a los trabajadores que están desocupados y a los que nunca tuvieron la oportunidad de estar ocupados».

Julio asiente en silencio mientras que su compañero habla. Cuando tomó la palabra expresó: «Cuando nos planteamos hacer este libro venía a raconto de nuestra propia historia, venimos compartiendo espacios de construcción poética hace 30 años. Nos caracterizamos por tener un fuerte componente social dentro de la poesía; eso significa que tiene tres ejes fundamentales desde donde hablar: por un lado la cuestión humana, por otro la cuestión del amor por la persona, por la patria y la clase y en un tercer término las luchas«.

«Hablamos no solo como observadores de las luchas de nuestro país, sino como partícipes y trabajadores. Sentimos la necesidad de ser testimoniales de la lucha; porque el trabajador común no tiene ese tiempo para poder plasmar un momento de la historia mas que con su propia acción. Nosotros en cambio, queremos dejar una crónica de ese momento«, subrayó Leiva.

El libro contiene poemas de otros libros de Catalá y otros inéditos tanto de él como de sus pares autores. «Los poemas nuevos tienen una alta carga crítica respecto a la situación existencial que estamos padeciendo estos últimos dos años en nuestro país», aclaró.

La motivación de la lucha, nutrirse de los hechos para escribir

A ser consultados por su motivación, los autores fueron coincidentes en sus respuestas. «Es inevitable la sensibilidad. Lo nuestro es participativo, más integrado al hecho concreto; no me veo a mí, ni a ninguno de mis compañeros mirando de la vereda de enfrente la marcha de los trabajadores, si aparece la marcha nosotros nos sumamos«, definió Julio y agregó: «Lo que hacemos es proyectar el sentimiento colectivo que lograste en ese espacio. No sos un observador de los hechos, sos un participante que desde su experiencia y en ese contexto lo tratás de sintetizar poéticamente«.

Miguel aclaró que el libro tiene un sentido histórico y tiene textos que marcan un recorrido de la histórica, pero «los poemas no».

«Los poemas tienen que ver con cuestiones de la vida cotidiana, con sensaciones que hemos tenido a lo largo de la vida alrededor de la lucha y del trabajador, tiene fuertes críticas y sensibilidad. En mi caso, las críticas son duras, agudas y sin piedad. Yo cuando escribo lo hago sin piedad y a eso me lo posibilita que sea un discurso poético», enfatizó el poeta.

Casi sin tener que explicarlo, Julio puntualizó: «Nuestra poesía es política, justamente porque escribimos sobre los trabajadores y no sobre el trabajo, es política y artesanal porque es impiadosa, no tiene dulcoraciones sino sensaciones. No viene a alivianar ninguna pluma«.

Reflexiones sobre el trabajador en el 2018

«La sensación, el estado social es picante, enojoso, crítico. Estamos en un estado de ebullición donde los trabajadores no encuentran la salida que habían empezado a encaminar hace diez años. Estamos parados en un caldero donde aún no estamos viendo situaciones críticas masivas pero donde el trabajador es el principal blanco de este modelo neoliberal, donde el silencio es la herramienta de este Gobierno no solo por la represión sino por el blindaje mediático que permite que no se sepa», reflexionó Julio.

Y Miguel agregó: «Vicente Zito Lema (poeta, dramaturgo, periodista, docente y filósofo argentino) en los 90 nos enseñaba que siempre hay un borrador del poema que vendría a hacer como un grito. Después a ese grito cuando te setás a escribir, lo convertís en poema».

«En 2015 escribí por primera vez un libro muy urgente que salió sin editorial, apurado para que saliera al público. Tuve la suerte de que salió el día antes del resultado electoral de noviembre de 2015. Fue pergeñado entre las PASO y las definitivas y se llamó «Cae la tarde». ´Nunca votes igual que el patrón´, hemos dicho en muchas oportunidades al trabajador. En esos días, mi principal enojo, mi grito de dolor era que justo, esta vez, me hicieron caso pero al revés», relató Catalá.

Ambos, coinciden en hacer autocríticas. «Generacionalmente y dentro de la clase trabajadora me hago cargo de lo que no pudimos construir en los últimos 30 años de lo que no logramos, no entendimos la guerra fundamental que era el control de los medios, no supimos defender correctamente la Ley de Medios, por ejemplo», reflexionó Miguel a lo que Julio agregó: «No estaríamos sino tan dolidos que el trabajador haya votado a su propio verdugo. No supimos hacer las cosas bien aún explicándole a una generación jóvenes que esto ya lo habíamos vivido».

Ser poeta, trabajador y militante

«Las cosas son posibles porque ya fueron posibles. Nosotros venimos a refrescarle la memoria a una comunidad, a una generación de trabajadores que tal vez la perdieron o no la vivieron», dice Julio.

«El hecho de poder ser trabajador y poder pensar y poder escribir y hacerlo con otros y no para otros es tener humanidad que te lleva a sentir más profundamente estas responsabilidades y de culpas», definió Catalá y culminó: «el libro transmite posibilidad y esperanza«.