Armando Mario Perichón, referente del Cudaio, habló con Conclusión y admitió que “fue muy duro haber escuchado lo que escuchamos”, en relación con las afirmaciones del candidato presidencial de La Libertad Avanza, Javier Milei, en torno a la donación de órganos durante el debate de este domingo, lo que motivó un comunicado del Incucai. «Dar a entender que toda persona fallecida puede ser donante implica un desconocimiento total de las características más básicas del funcionamiento» del sistema, dijo Perichón.

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“Como primer análisis, el diputado nacional es un funcionario público y si cree que hay un acto de corrupción como dijo a todo el país, debería haber hecho la denuncia porque tiene la obligación de hacer la denuncia si sospecha de un acto de corrupción en la distribución de los órganos y hasta ahora, no la hizo”, enumeró indignado y siguió: “Después confunde peras con manzanas porque es verdad que hay 300.000 muertes anuales en el país, también es verdad que hay 7.000 en lista de espera, lo que no es verdad es cómo nos tenemos que morir para poder ser donantes, porque en esos 300.000 se mueren en la casa, se mueren en la calle, se mueren en una institución sanitaria, pero bajo ciertas condiciones que no sirven para ser donantes”.

Durante el debate celebrado en la UBA, la candidata de Juntos por el Cambio, Patricia Bullrich, cruzó a Milei por la venta de órganos y el libertario respondió con cifras, lo que motorizó el pronunciamiento del Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante (Incucai).

“Tampoco proponemos la venta de órganos. Lo que nosotros decimos es que hay 7.000 personas esperando un trasplante y 300.000 potenciales donantes y hay algo que no funciona en el medio y que genera un montón de corrupción”, afirmó anoche Milei, en respuesta a Bullrich.

Según el comunicado del Incucai, “para poder donar órganos, el fallecimiento debe producirse en la terapia intensiva de un hospital, y la muerte debe ser certificada bajo criterios neurológicos”.

“Solo así puede mantenerse el cuerpo artificialmente desde el momento del fallecimiento hasta que se produce la extracción de los órganos para que los mismos sean viables para el trasplante”, indica el texto.

Además, precisaron que, “una muerte con esas características se produce en aproximadamente 4 de cada 1.000 casos” y agregaron: “Dar a entender que toda persona fallecida puede ser donante implica un desconocimiento total de las características más básicas del funcionamiento de todo sistema de donación de órganos, y no solo el argentino”.

“El mundo va hacia el escándalo porque el escándalo vende, hoy el que grita más fuerte es el que tiene más rating o el que escandaliza más, eso es terrible para una sociedad, entonces deberíamos pensar hacia dónde queremos ir como sociedad”, reflexionó Perichón.

Finalmente, consideró que las declaraciones de Milei “están perjudicando a los que están en la lista de espera, porque si genera sospecha, lo que va a hacer la gente como sociedad es retraerse en la donación y entonces los perjudicados van a ser los pacientes que están en espera y eso es muy malo para una sociedad”.