El 7 de septiembre de 1970 Fernando Abal Medina y Carlos Ramus, miembros fundadores de la organización Montoneros, fueron abatidos en un enfrentamiento con la policía, que se conoció como el Combate de William Morris y que tuvo lugar  en el partido de Hurlingham, en provincia de Buenos Aires. Es en homenaje a ellos que cada año, en esa fecha, se conmemora el Día de Montonero.

Para bucear en el origen de Montoneros, hay que ir más atrás en el tiempo, con el derrocamiento del Juan Domingo Perón el 16 de septiembre de 1955, perpetrado por grupos insurgentes de las tres fuerzas armadas, comandadas principalmente por la Marina.

El sangriento comienzo de lo que luego se llamó oficialmente Revolución Libertadora, continuó en una escalada de violencia signada por una feroz persecución y represión contra simpatizantes y miembros del peronismo, decenas de fusilamientos, asesinatos y proscripciones.

El Congreso Nacional se disolvió, las provincias fueron intervenidas, se dejaron cesantes a los miembros de la Corte Suprema de Justicia y se creó una Comisión Nacional de Investigaciones destinada a actuar contra todo militante o simpatizante del peronismo.

Entre 1955 y 1958 se sucedieron dos presidentes de facto, el general Eduardo Lonardi y el general Pedro Eugenio Arabmuru, quien ocupó ese lugar tras destituir al primero con un golpe interno en las Fuerzas Armadas.

Ese crudo contexto fue el germen de la resistencia peronista que se prolongó durante los 18 años que Juan Domingo Perón permaneció en el exilio y dio origen, mucho más adelante, a diversas organizaciones, entre ellas Montoneros que reivindicaba la lucha armada.

Montoneros se constituyó en la «orga» de mayor envergadura avanzada la década del 60 y su objetivo era dar batalla a la dictadura y lograr el regreso de Perón al país para que participe de elecciones libres y sin proscripciones, para que de esa manera pudiera instalarse “socialismo nacional”.

Su carta de presentación ante la sociedad fue el secuestro y posterior ejecución del general Aramburu en el año 1970, tras un «juicio popular» realizado por ellos mismos. A partir de ese hecho, Abal Medina y Ramus, que conformaban parte de la conducción de la organización, se convirtieron en dos de los hombres más buscados en todo el país.

El 7 de septiembre de 1970 se organizó una reunión con otros integrantes de la cúpula de Montoneros en la pizzería La Rueda, de William Morris. Allí, mientras Abal Medina participaba de la reunión, Ramus esperaba afuera en un automóvil y si bien hay dos versiones de cómo se sucedieron los hechos, lo cierto es que hubo una delación por la cual desde la comisaría 4ª enviaron efectivos que arribaron en silencio, sin hacer sonar la sirena del móvil, hasta que comenzaron los disparos.

Abal Medina quedó caído en la vereda de la pizzería mientras que Ramus bajó del auto para disparar contra las fuerzas policiales para caer herido por los balazos y terminar de morir después de que le haya explotado en la mano una granada que poseía en ese momento.

De puño y letra

En ocasión de haberse cumplido 50 años de su conmemoración, los integrantes de la mesa de conducción de la organización y otros integrantes de la misma firmaron un documento en 2020 a través del cual expusieron su mirada.

“El 7 de septiembre de 1970 murieron en un enfrentamiento con la policía los compañeros Fernando Abal Medina y Carlos Gustavo Ramus. Tras el triunfo popular de 1973, la juventud peronista asumió el 7 de septiembre como el Día del Montonero en homenaje a todos los compañeros que murieron luchando heroicamente contra la proscripción del movimiento popular y por construir una patria sin explotadores ni explotados, tal el norte prefigurado en la Revolución Inconclusa que se originó el 17 de octubre de 1945”, reza el primer párrafo.

Más adelante, en la nota se ofrece su descargo: “… si los militantes del peronismo montonero han debido recurrir a la resistencia armada, no lo han hecho por voluntad militarista y menos aún terrorista, sino que ha obedecido al mandato constitucional que obliga a todos los habitantes a armarse en su defensa, así como por la legítima defensa propia ante el terrorismo de Estado. En consecuencia, afirmamos y ratificamos, tanto en el pasado como para el futuro, nuestra vocación y voluntad política democrática”.

“Pero Alfonsín prefirió perseguirnos con la ‘teoría de los dos demonios’, a la que adhirieron casi todos los partidos, encubriendo sus complicidades con las dictaduras y con la Triple A”, consignaron, para enseguida agregar: “A pesar de tal persecución penal mantuvimos esa misma idea hasta 1990, cuando nuestra organización, bajo las formas conocidas, deja de existir como tal. La clase política repitió sus errores de siempre”.

Finalmente, el texto expone: “Repudiamos la teoría de los dos demonios, incluyendo la tergiversación mentirosa de la historia. Honramos la memoria de nuestros compañeros caídos y seguimos creyendo, solidariamente con todas las luchas por la justicia social y la defensa de los bienes comunes, que la opción de hierro para nuestra patria es Liberación o Dependencia”.