SáBADO, 30 DE NOV

Carlos Vitta: “Las instituciones se vaciaron de contenido”

Economía, solidaridad y relaciones entre trabajador, oligopolios y vocación. De todo esto habló con Conclusión el economista que lucha por la valorización del ser humano y no por la priorización del capital.

Por Marina Vidal

Analizar la economía en estos momentos es una ardua tarea para cualquier especialista. A dos meses de la asunción de un nuevo gobierno, los análisis oscilan entre las críticas, las estadísticas, las comparaciones y los números. Sin embargo hay otra mirada sobre el mundo político-económico de cualquier país. Un abordaje que apunta al ser humano como tal, a sus valores y a su vocación, priorizando la unión con sus colegas sin centrarse en la priorización del capital.

Conclusión dialogó con el contador y licenciado en Administración Carlos Vitta, quien además de ser docente de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Rosario se dedica a dar charlas y seminarios acerca de la función e importancia de las economías solidarias.

Apenas comenzada la entrevista, el docente delimitó su visión. Al ser consultado sobre el nuevo gobierno, Vitta respondió que sencillamente se trata de “un modelo de concentración profunda”. “El problema aquí son los grandes oligopolios que manejan el país y a quienes el pueblo mira desde lejos”, indicó.

Respecto al papel que juegan actualmente las economías solidarias, el contador sostuvo: “Considero que las economías solidarias –actividad que comenzó en el año 1976- es una alternativa que se está reorganizando y que puede ayudar siempre y cuando haya madurez de los dirigentes que hacen este tipo de economías. Tener madurez, organizarse, significaría que estos dirigentes se junten con otros y vayan a comprar directamente al productor. Lo fundamental es darle valor al producto del productor. Sin embargo los dirigentes que realizan estas economías no lo pueden ver y la gente sigue pagando fortunas en los grandes supermercados y comercios”.

Para Vitta, los dirigentes son personajes que se van “llenando de avaricia, ego, orgullo, que no les permite ver más allá de sus intereses personales”. “Por ejemplo si todas las mutuales se juntaran y lucharan contra las grandes empresas que cobran el triple en sus productos sería muy satisfactorio. Hay que recordar que la visión más profunda del mutualismo es la unión”, ilustró.

Y agregó: “Lo que más me preocupa de todo esto es que el trabajador dejó ser trabajador de su obra y perdió el sentido de la gran obra. Es decir, las personas venimos al mundo por algo, y es ese algo lo que tengo que construir. Llegamos a una instancia en que el carpintero, por ejemplo, no trabaja porque se siente carpintero, porque es su vocación, sino porque es sólo su medio de vida”, analizó el economista.

Para el profesional, en la sociedad “se perdió el sentido de ser obreros de una gran obra universal”. Y resumió: “Nos convertimos en meros instrumentos del mercado”.

“Las instituciones vaciaron su contenido que representa su esencia, las escuelas dejaron de ser escuelas, las iglesias dejaron de ser iglesias, las mutuales dejaron de ser mutuales. Como humano, debo ir viviendo mi gran obra, pero no predicando desde el discurso, hablando para el afuera, sino mirando para adentro y construyendo desde mi obra. Tenemos que volver a encontrarle el sentido a nuestras vocaciones dejando de lado las codicias personales. Los grandes empresarios deben volver a reencontrarse consigo mismos”.

Al ser consultado por la metodología para modificar esta situación, Vitta manifestó que tiene esperanza que va a ir cambiando, ya que “ve una transformación y una búsqueda en las personas de querer reencontrarse”.

“Hay una necesidad de descubrimiento del ser humano de que está para mucho más. Cuando el ser humano se dé cuenta de que es mucho más que este modelo, va a ser el momento que nadie lo pueda aprisionar y vamos a ser libres. Cuando las personas empiecen a sentir por su corazón, va a ser libre no importa el modelo que lo gobierne. Lo fundamental es entender que el único indicador es el corazón”, manifestó el licenciado.

Sin dejar de ser positivo y entusiasta, el contador cree que Argentina es el país donde “se va a dar un gran cambio”, siempre y cuando el hombre se pregunte “¿cuál es mi parte de la obra… de esta gran obra?”.

“Las pequeñas instituciones que plantean una economía solidaria deben entender que hay que juntarse, que el otro no es mi enemigo, mi adversario, todos somos uno. Las personas que la conforman tienen que salir de su avaricia y exigir a los dirigentes que la institución actúe para lo que fue creada. De esta manera las escuelas volverán a ser escuelas, los sindicatos regresarán a tener el sentido de los sindicatos”, describió el profesional.

Y cerró: “Como mensaje creo que la gente debe entender que la vida es tan sencilla como respirar; para respirar uno primero inhala hacia adentro y exhala hacia afuera ¿no?, bueno para la vida es lo mismo primero debo ir hacia adentro de mí mismo y luego hacia el afuera. Debo ser constructor de la gran obra”.

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