Nuevo revés para el Gobierno. Empecinado en aplicar la flexibilización del Convenio Colectivo de Trabajo mediante la reforma laboral sectorial, todavía no logra allanar el camino. Sino que por el contrario, esta semana sufrió dos traspiés consecutivos: el martes se opuso el sector textil y hoy desde la UOM también expresaron su rechazo.

Es que la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) le dio la espalda a último momento a una reunión montada por la cartera de Producción y Trabajo para la actividad de la metalmecánica y avisó que no aceptará flexibilización por entender que el llamado sólo estaba orientado a derogar beneficios convencionales.

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El faltazo lo protagonizó Antonio Caló, jefe de la UOM, quien había comprometido su participación en un encuentro tripartito convocado por los secretarios de Trabajo, Lucas Fernández Aparicio, y de Industria, Fernando Grasso, con las cámaras empresarias Adimra (industriales metalúrgicos), Camima (pyme), Cadiem (equipo médico), Carmahe (máquina herramienta) y Fedehogar (electrodomésticos) y el gremio de supervisores Asimra.

No obstante, desde el ambiente cercano al ministro, adjudicaron la ausencia del ex jefe de la CGT a “temas de agenda” y aseguraron que sería informado de lo charlado en la reunión.

Tanto los gremios textiles como la UOM aclararon que no participarán en intentos del Gobierno por introducir modificaciones a sus respectivos convenios colectivos de trabajo y que esa posibilidad quedará sólo atada a un eventual acuerdo de partes con las correspondientes cámaras empresarias en un ámbito de negociación bilateral. En los sindicatos y en varias empresas admiten que el interés del Ejecutivo es exhibir avances en reformas laborales ante el Fondo Monetario Internacional (FMI), que ubicó esa problemática al tope de sus sugerencias en la última comunicación que dio a conocer en diciembre pasado.

Para la UOM la llegada de Sica al Gabinete, primero como ministro de la Producción y luego, con la ampliación a Trabajo, fue la primera noticia favorable de la gestión de Macri tras más de dos años de pérdidas de puestos laborales, cierres de fábricas y suspensiones en niveles récord. Además de reconocerle la condición de experto en procesos productivos y en la dinámica de las economías a nivel regional, el “superministro” le abrió las puertas de su despacho al gremio antes que a ningún otro para soldar el historial en común que había.

El funcionario había depositado en los metalúrgicos sus mayores expectativas para avanzar en esa mesa sectorial y mostrar un primer gran acuerdo de su gestión. A los empresarios, en tanto, les había dado a entender que la negociación era una oportunidad para rediscutir la posibilidad de aplicar una vez más el régimen de incentivo para los fabricantes de bienes de capital que consiste en un bono fiscal equivalente al 14% de las ventas, y que había perdido vigencia.

En el encuentro con Aparicio y Grasso, en tanto, los empresarios y Asimra revisaron las propuestas de una de las entidades, Adimra, en ítems como costos de las ART, ausentismo, capacitación y jornada de trabajo. Las otras cámaras también presentaron sus sugerencias. El miércoles próximo volverán a encontrarse pero en la Superintendencia de ART.