Un 27 de septiembrde 1930 se creaba la Confederación General del Trabajo (CGT) de Argentina.

Esta histórica central obrera surge de la fusión entre la Unión Sindical Argentina (USA) y la Confederación Obrera Argentina (COA), las dos centrales existentes hasta ese momento. De esta manera y en un contexto de fuerte crecimiento del sector industrial en la Argentina, la CGT se erige como la central predominante a partir de un acuerdo entre las dos tendencias más determinantes en ese momento: socialistas y sindicalistas revolucionarios.

El nombre elegido para identificar a la confederación surgió de la inspiración en la CGT francesa, tomando el nombre de aquella organización. Esta importante central nace tres semanas después de haberse producido el primer golpe de estado en el país. La clase obrera argentina llegaba a la década del 30 con un importante grado de organización y de experiencia en la lucha de clases.

La conformación de la CGT y la estatización de los sindicatos fue impulsada por los imprenteros representados en la Federación Obrera Poligráfica, la Unión Sindical Argentina (USA) – sindicalistas- y la socialista Confederación Obrera Argentina (COA).

En enero de 1932 se emite el primer número del boletín mensual de la CGT

en donde se presenta una reseña de la obra realizada por la central obrera desde su fundación, señalando las difíciles circunstancias en que se había tenido que mover.

¿Quién fue el primer secretario general?

El primero en ocupar el rol de líder de la CGT fue Luis Cerruti, de Unión Ferroviaria, a quien le tocó liderar una primera central que contaba con trabajadores ferroviarios, municipales, metalúrgicos, telefónicos y marítimos, entre otros. La CGT recién pudo conformar formalmente su Congreso Constituyente hacia 1936.

Unos años después, la CGT resultó ser un actor fundamental en la histórica movilización del 17 de octubre de 1945, en donde millones de trabajadores se movilizaron de la periferia al centro para reclamar por la inmediata liberación de Perón, quien había sido encarcelado por la creciente ascendencia de su figura al interior de los trabajadores. La central obrera había llamado a un paro para el día siguiente, 18 de octubre, pero las propias bases desbordaron aquel llamado a huelga adelantándose un día a la medida.

El triunfo de Perón en las elecciones de 1946 trajo aparejado un tendal de leyes laborales y medidas que generaron una distribución del ingreso nacional más justa y equitativa. La CGT también logro incrementar su poderío en esta etapa, en la cual fue considerada columna vertebral del Partido Peronista.

En junio de 1955 se llevan a cabo los bombardeos a la Plaza de Mayo, donde fueron asesinadas 308 hombres y mujeres, de los cuales una gran parte eran trabajadores movilizados en defensa del gobierno de Perón.

La «Revolución Libertadora» interviene la CGT y los sindicatos, revalorizando el papel del delegado de base, que actuaba como nexo entre las diezmadas organizaciones sindicales y los trabajadores. En este momento crece la figura de algunos dirigentes sindicales que hicieron de la resistencia una bandera, como Andrés Framini de la Asociación Obrera Textil, y Augusto Timoteo Vandor, de la UOM.

Esta situación se extendió hasta 1963, luego de la intervención, la CGT fue devuelta a un conjunto de sindicatos para su normalización, la cual se efectuó finalmente en un Congreso normalizador de la CGT llevado adelante en 1963.

La dictadura cívico- militar de 1976, encabezada por Jorge Rafael Videla, disolvió la CGT e intervino los sindicatos, anulando la representación obrera en organismos estatales y se establecieron penas de prisión para quien organizara o participara de cualquier tipo de huelgas. En este contexto, el movimiento obrero y la CGT fueron un importante factor de resistencia a la dictadura militar, protagonizando importantes medidas sectoriales.

Desde la recuperación de la democracia a la actualidad, los dirigentes que fueron parte de la CGT han tenido períodos de mayor y menor cercanía con la clase trabajadora y los sectores populares. En donde han sido habituales las fracturas entre sectores hacia dentro del movimiento.

Actualmente la directiva de la Confederación General del Trabajo es llevada a adelante por un triunvirato compuesto por Héctor Daer (Sanidad), Carlos Acuña (SOESGyPE) y Pablo Moyano (Camioneros).