Los combates han estallado a diario en el norte de la ex Birmania, en territorio controlado por la Organización por la Independencia de Kachín, que representa a la minoría kachín, y en el este del país con la Unión Nacional de Karen, que representa a la etnia karen.
Se trata del mayor número de fallecidos desde el 14 de marzo, cuando más de un centenar de manifestantes que reclamaban elecciones libres murieron a manos de las fuerzas represivas en esa ciudad situada a unos 100 kilómetros al norte de Yangón, la capital del país del sudeste asiático antes conocido como Birmania.
Entre los caídos en las protestas hay numerosos estudiantes y adolescentes, según informó la Asociación de Ayuda a los Presos Políticos. Algunos sectores rebeldes advirtieron que de seguir este estado de situación colaborarán con los manifestantes para "tomar represalias" contra la junta militar.
Después de que este fin de semana se produjera la matanza de manifestantes prodemocracia, la más grande desde que los militares dieron el golpe de Estado el 1 de febrero, escaló la condena internacional sobre el Gobierno de facto.
Las potencias se están rearmando para proteger sus intereses en todo el universo bañado por las aguas del Océano Pacífico. Según lo publicado en los últimos tiempos, China, Estados Unidos, Rusia, Japón, las dos Coreas, Gran Bretaña y Francia, aumentan su armamento.
Desde el golpe de Estado del 1 de febrero, que derrocó a la líder civil Aung San Suu Kyi, las protestas diarias han sido reprimidas violentamente por la junta militar en el poder, pese a la presión y las sanciones internacionales.
"¡Salven a nuestra líder!" Aung Sang Suu Kyi, derrocada y detenida en un lugar secreto por el Ejército desde hace 49 días; "¡Salvemos nuestro futuro!", se podía leer en las pancartas de los manifestantes.
La capital económica del país asiático se ve envuelta en un baño de sangre propiciado por el Gobierno militar que tomó de facto el poder el 1 de febrero. El jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, acusó al ejército birmano de reprimir "brutalmente" a los manifestantes que protestan contra el golpe de Estado.
La ONG de asistencia a los presos políticos contabilizó unas 120 muertes y más de 2.000 detenidos desde el golpe militar, entre ellos la premio Nobel de la Paz, Aung San Suu Kyi.
Las fuerzas de seguridad de la ex Birmania volvieron a reprimir a pesar del llamado del Consejo de Seguridad de la ONU a abandonar el uso de la fuerza contra los manifestantes.
Los bancos, comercios y fábricas permanecieron cerrados tras el llamado de los sindicatos a reforzar la protesta. Nueve importantes federaciones llamaron a "detener por completo y de forma prolongada la economía" a partir de este lunes.
Los manifestantes prodemocracia de Myanmar volvieron hoy a salir a las calles para pedir el fin de la dictadura y la liberación del Gobierno democráticamente electo, pese a la sangrienta represión y las redadas nocturnas que dejaron más muertos y heridos en las últimas horas. Las protestas se multiplicaron una vez más por las principales […]