Por Salvador Aragonés para Aleteia

Una nueva geopolítica está girando el mundo hacia el Océano Pacífico y con un incremento del arsenal tanto atómico como convencional

¿Estamos asistiendo a un rearme de las grandes potencias para preparar la guerra en el Pacífico? Según los datos que se han hecho públicos, todo parece indicar que China, Estados Unidos, Rusia, Japón, las dos Coreas (todas ellas miran al Océano Pacífico), Gran Bretaña y Francia, aumentan su armamento.

Las potencias se están rearmando para proteger sus intereses en el Pacífico, donde en estos momentos los puntos calientes están en Corea del Norte, Taiwan o la isla de Formosa (no tardará la China continental a organizar una invasión, pero paso a paso), Myanmar (o Birmania) y las expansiones marítimas de China por mar, ganando aguas territoriales a Filipinas y hasta a Japón, y por el control del estrecho de Malaca, que separa Malasia de Sumatra (Indonesia) y que une el Pacífico con Europa, Asia del sur y África. No son ajenas a esta geoestrategia ni Australia, ni Indonesia, ni Malasia, ni la India, ni Filipinas… Abarca a todo el universo de países bañados por el Océano Pacífico.

El estrecho de Malacaes es fundamental para el futuro de las potencias del Pacífico, pues por él pasan las mercancías que se dirigen a Oriente Medio, la India, Asia del sur, Europa y África. Es un lugar estratégico. Baste recordar que durante el año de la pandemia 2020, y hoy todavía, se ha multiplicado mucho el coste del transporte de mercancías Europa-Asia, llegando al 1.000 por ciento en algunos casos.

Estados Unidos

Las malas relaciones entre China y los Estados Unidos de la época de Donald Trump, no han cambiado con la administración de Joe Biden. La “cumbre” de ministros de Asuntos Exteriores entre China y Estados Unidos que se celebra este fin de semana en Alaska, ha sido calificada por los observadores de complicada y hasta irritante. La administración Biden, para frenar el comportamiento altanero de Beijing, se enfrenta a un duro desafío ya que China utiliza su poderío económico, diplomático y militar. Sin embargo, Estados Unidos, todavía hoy, es superior militarmente a China.

El secretario de Estado norteamericano, Anthony Blinken, ha declarado que “Si China usa la fuerza para imponer su voluntad, nosotros responderemos de forma consecuente”. Y añadió, en su visita reciente a Japón, que las actividades militares de China en el Pacífico son “incompatibles con el orden internacional”.

China y Corea del Norte

Por otro lado, China utiliza escaramuzas, incursiones, declaraciones en favor de reivindicar su soberanía en islas del Mar del Sur e incluso islas de Japón (las islas Senkaku, situadas a 170 kilómetros al norte de Taipéi, capital de Taiwan). Como dijo el presidente de la República Popular China, Xi Jinping, “Oriente está en alza y Occidente está en decadencia”.

La administración Biden quiere también la desnuclearización de Corea del Norte, que no consiguió Donald Trump, y donde ha vuelto a surgir Kim Yo-jong, la hermana del gran dictador Kim Jong-un.

Con motivo de unas maniobras militares entre Corea del Sur y Estados Unidos, ella ha reaparecido en la escena pública amenazando a Estados Unidos que los dejen tranquilos “si Biden quiere dormir en paz en los próximos cuatro años”.

La desnuclearización del norte de Corea es para Estados Unidos de gran importancia. Bajo la presidencia de Donald Trump, con sus entrevistas con el dictador Kim Jong-Un, éste terminó de tomarle el pelo al presidente americano.

Myanmar

Por otro lado, en el tablero del Océano Pacífico juega ya un papel importante la dictadura militar de Birmania o Myanmar, que tiene una larga frontera con China, y este país no esconde sus simpatías por los militares birmanos que han causado ya auténticas masacres contra la protesta de sus conciudadanos que piden democracia y la vuelta de la lideresa Aung San Suu Kyi, Premio Nobel de la Paz, derrocada por los militares y actualmente en arresto domiciliario. China tiene importantes intereses económicos y estratégicos en Myanmar.

Sobre la ex Birmania recae la acusación de “genocidio” contra el pueblo rohingya, de religión musulmana, al que tanto ha ayudado el papa Francisco en los últimos años.

Rusia y Japón

Rusia, por su parte, ambiciona mantener las islas Kuriles bajo su soberanía, pues las ocupó en la II Guerra Mundial. Por este motivo, Japón todavía no ha firmado la paz con Rusia tras la II Guerra Mundial y ya han pasado 76 años. Rusia no está por la devolución de las islas Kuriles al Japón. Y, con relación a Estados Unidos, las relaciones rusas no mejorarán, sobre todo después de declarar Biden que considera a Putin un asesino. Mejor iban las relaciones con Donald Trump.

La pregunta es si Rusia y China podrían ser aliados. Rusia tiene un gran base militar en la zona de Vladivostok que baña el Pacífico y es frontera con Corea del Norte y una enorme frontera con China. ¿Serán aliados? Sí y no. Dependerá del momento.

Gran Bretaña

Y, por si fuera poco, Gran Bretaña ha declarado el fin de sus años de desarme, y el premier Boris Johnson, una vez salido de Europa con el Brexit, ha decidido aumentar su arsenal militar, especialmente en su aspecto nuclear, a pesar de la crisis de la Covid-19 y de la crisis que se espera para el Reino Unido.

Así, el Reino Unido quiere redefinir su política exterior y convertirse en una gran potencia militar y haber perdido prácticamente su imperio; ha decidido aumentar en un 40 por ciento sus cabezas nucleares.

Gran Bretaña sufre la mayor crisis económica en 300 años, y a pesar de ello, quiere gastar 12.000 millones de euros en la renovación de su arsenal militar.

A las cabezas nucleares las va aumentar de 180 a 260 y elevará el Ejército de Tierra en 100.000 efectivos. Londres tiene serios problemas diplomáticos con Rusia y con China.

Todo esto está contenido en el documento “La Gran Bretaña global en la era de la competencia”. Londres en ningún momento ha sido espectador en las revueltas de su excolonia Hong-Kong.

La oposición de los laboristas, escoceses, galeses y verdes se han opuesto a este plan porque económicamente no se lo podrá permitir Gran Bretaña.

En resumen. El tablero del Océano Pacífico se está moviendo y entre las potencias que bañan sus aguas, más Gran Bretaña, suenan tambores de guerra. Tal vez no inmediata, pero tarde o temprano, por gran desgracia de sus poblaciones y de todo el mundo, el estallido de conflictos no va a tardar demasiado. Ahora, tanto Estados Unidos como China y Rusia, refuerzan sus alianzas en el Pacífico.