La medida de fuerza ya tiene nueve días y mantiene en vilo a España a pesar de una ayuda de 500 millones de Euros que anunció el Gobierno. El origen de las protestas es el alza de los combustibles y se está poniendo en riesgo el abastecimiento agroalimentario.
Todavía no se han cumplido cuatro años del frenético otoño catalán de 2017, cuando a un referéndum ilegal de autodeterminación, reprimido por la policía, le siguieron unos días caóticos que acabaron con una fallida declaración unilateral de independencia, sus líderes camino de prisión y el presidente regional, Carles Puigdemont, huido a Bélgica.
Ceuta «es también una frontera europea y por tanto la falta de control por parte de las autoridades marroquíes no es algo que represente una falta de respeto hacia España, sino también hacia el conjunto de la UE», remarcó en el Congreso el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez.
La medida alcanzó al ex presidente de Cataluña, Carles Puigdemont, a Toni Comín y a Clara Ponsatí. La decisión no afecta a los tres dirigentes que podrán seguir desempeñando su función como eurodiputados.
El presidente español defendió la quinta prórroga del estado de alarma impuesto por su gobierno hace más de dos meses por la crisis del coronavirus. Pidió disculpas a los ciudadanos «por los errores propios» mientras que desde la oposición dijeron que los miembros del gobierno «no tienen ni remedio, ni escrúpulos ni culpa».
