Un premio a la extensa y estoica lucha llevada adelante por un grupo de vecinos alentados por Marcelo Ferraro, quién mora en el barrio San Eduardo. A partir del accionar de la fiscal Martínez se buscará que tanto el Concejo Municipal como el Ejecutivo tomen cartas en el asunto.
A través de una misiva enviada a los ministerios de ambiente y cambio climático, tanto municipal como provincial, quienes habitan la zona exigen una respuesta inmediata a la visible y consolidada contaminación que se advierte en el lugar. “Me cuesta creer que exista tanta ineptitud y falta de compromiso”, sostuvo Marcelo Ferraro en dialogo con Conclusión.
Entre lo encontrado predominaron los plásticos, descartables, vidrios, nylon, colillas de cigarrillos y desechos enterrados. Todos esos elementos serán analizados para determinar su composición y origen.
La iniciativa, que se realizará tanto desde la costa como con embarcaciones, tendrá lugar el sábado 12 de marzo, de 9.30 a 12.30, y se requiere inscripción previa.
En una sesión extraordinaria que tuvo lugar este jueves, los concejales también pidieron que se limpie el arroyo Ludueña y que se implemente un “Boleto Único Nocturno”, para que los pasajeros puedan hacer trasbordo gratuito entre las 0 y las 6.
Hoy por la mañana comenzaron obras que tienen que ver con la limpieza del cauce del arroyo que atraviesa la ciudad. Vecinos denunciaban malos olores, contaminación y diferentes vectores.
Este importante curso de agua, sigue atravesando un profundo proceso de contaminación mientras quienes deberían tomar cartas en el asunto, deciden mirar hacia otro lado. “Al sector político, o al menos a los ejecutivos, nos les importa en absoluto la triste realidad que viven los cursos de agua, como si los mismos fuesen prescindibles”, le dijo a Conclusión Marcelo Ferraro, vecino del lugar.
La falta de lluvias y la prolongada bajante que viene registrando el río Paraná se hacen sentir en sus afluentes. En el arroyo Ludueña, que pasa por el norte de la ciudad, se aprecian hilos de agua en algunos tramos, mientras que varios botes quedaron encallados en la arena, imposibilitando su navegación.
Transformado en un basural a cielo abierto en calidad de receptor de residuos urbanos e industriales, “duele muchísimo no poder ver a mi hijo disfrutar de un arroyo en el que treinta años atrás, su padre disfrutaba junto a sus amigos”, se lamenta un vecino del lugar.
Se trata de la cuenca del arroyo Ludueña, que contiene a una extensión de 800 km2 de campos de Rosario y localidades aledañas.
Se trata de una iniciativa conjunta entre el municipio y empresas privadas de la zona. El novedoso dispositivo recogerá todo tipo de residuos en la desembocadura del arroyo.
La víctima de 26 años se bañaba en el arroyo junto a su pareja y sus tres hijas cuando se desvaneció en el agua. Fue asistida por médicos del Sies quienes la trasladaron al centro de salud más cercano. Quedó en observación.