Los premios Globo de Oro, que son anualmente entregados por la Asociación de Prensa Extranjera de Hollywood, fueron adquiridos durante las últimas horas por Todd Boehly, quien actúa desde octubre de 2021 como CEO interino de la organización, a través de su compañía Eldridge Industries, también dueña de MCR y Alternative, las productoras detrás de las ceremonias de los galardones.

Según informó el sitio especializado Variety, la marca de los premios se transformará de esta manera en una entidad privada y completamente separada de los programas de caridad y filantropía desarrollados por los miembros de HFPA -por sus siglas en inglés-, que seguirán siendo sin fines de lucro.

El nombre de Boehly ya sobrevolaba las negociaciones desde mayo pasado, cuando la asociación dio a conocer que estaba sondeando posibles compradores de los lauros en una búsqueda por darle nuevos aires a su relevancia en el circuito de premios de la industria estadounidense y revertir las consecuencias de la serie de controversias que acumula desde hace casi un año y medio.

En ese momento, sus responsables hicieron público a través de un comunicado que formarían un comité especial para determinar el interés de terceros en los activos de la organización para «optimizar su valor» y «continuar mejorando su posición en el mercado».

«Como anunciamos el año pasado, comenzamos un proceso de cambio y de transformación dirigido a cuestiones de diversidad, gobernanza y conducta. Mientras continuamos en ese proceso, pasamos a la fase de determinar el mejor curso de acción hacia el cumplimiento de nuestra misión, sobre cómo conseguir el crecimiento financiero y comercial óptimo para la marca de los Globos de Oro en el futuro», explicó en esa ocasión la presidenta de la asociación, Helen Hoehne.

Ahora, la HFPA resolvió transferir la propiedad de los Globos de Oro a Eldridge Industries, una decisión anticipada dada la relación de larga data de Boehly con la asociación gracias a la participación de las subsidiarias de la compañía en la puesta de las transmisiones de los premios.

De acuerdo con la información que dieron a conocer hasta el momento, Eldridge Industries creará una nueva empresa que adquiera todos los derechos y propiedades intelectuales de los Globos de Oro, y estará en la posición de «supervisar la profesionalización y modernización» de los galardones, lo que traerá cambios al interior de la estructura de empleadas y empleados de la compañía.

Como parte de la transición, también se sumarán nuevos votantes a los Globos de Oro para incrementar «el tamaño y la diversidad» de los miembros que eligen año a año los ganadores de los lauros.

Las novedades hacia dentro de la HFPA llegan como consecuencia de las varias ocasiones en las que sus integrantes quedaron en el centro de una seguidilla de escándalos, reclamos, campañas e incluso boicots en una época marcada por las demandas sociales sobre diversidad racial y de género que hace tiempo tiene preocupados a los espectáculos tradicionales de Hollywood que luchan por sostener la atención de las ya renovadas audiencias.

En ese sentido, el verdadero detonante que llevó a los encargados de la premiación a poner en marcha este tipo de medidas de mayor calibre fue el sabotaje de estudios y productoras a la última entrega de los Globos de Oro, que tuvo lugar el pasado 9 de enero de forma privada y sin su clásica transmisión a través de la señal NBC.

Es que la reconocida cadena estadounidense fue la última en subirse a una ola de repudios y suspensión de vínculos que desde principios de 2021 ya habían llevado a cabo otras firmas como Amazon Studios y Netflix en respuesta a la falta de acción de la HFPA para corregir su déficit de inclusión.

Meses antes, la organización había sido blanco de críticas por la falta de integrantes afroamericanos y mujeres, pero su promesa de confeccionar un plan de reformas, que incluía un aumento del 50 por ciento en la cantidad de miembros en un lapso de un año y medio, no resultó suficiente.

Si bien en octubre pasado la asociación sumó 21 nuevos nombres a su nómina bajo el paraguas de esas nuevas directrices, la decisión de la NBC era firme y los Globos de Oro se llevaron a cabo sin emisión en vivo.