Textos: Pablo Boise y Leandro Rosati – Desde Córdoba (Enviados especiales)
Fotos: Marcelo Manera – Desde Córdoba (Enviado especial)

Central, los hinchas y la ruta. La imagen se repitió seguido en los últimos años. Es que el equipo rosarino tuvo un paso arrollador en las dos ediciones anteriores de la Copa Argentina, y esta no fue la excepción. Coudet y sus muchachos buscarán conquistar el título de una vez por todas en un escenario ya conocido.

Mientras tanto, una caravana de vehículos teñidos de azul y amarillo recorren los 400 kilómetros que separan las dos ciudades más grandes del interior del país.

Tanto autos como colectivos con hinchas de ambos clubes fueron y son detenidos e inspeccionados rigurosamente por la policía local. Los controles se repiten en varios puntos de la autopista.

Infantería, Gendarmería y la policía local llevan a cabo diversos operativos policiales a lo largo de todo el trayecto. Los vehículos son detenidos y los agentes proceden a inspeccionar los mismos. En algunos casos, abren baúles, valijas y bolsos.

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La ilusión, más latente que nunca

No hace falta demasiado preámbulo para graficar lo que pasa por cada cabeza. La intención y el deseo, esta vez, van de la mano con la necesidad. Todo lo que Central haga esta noche, será en pos de traerse una Copa que ya esquivó Arroyito dos veces consecutivas.

Para eso trabajó, apostó y dejó de lado el torneo local. Volver a mover la vitrina es el sueño de todos los escalafones de este Central. Desde el primer directivo hasta el último hincha.

La gente, con la lealtad de siempre y la ilusión a cuestas, se acercó ayer al Aeropuerto Islas Malvinas para darle una fervorosa y cálida despedida al plantel, al que le pidieron que «deje todo».

El resultado marcará a fuego cada alma canalla que esté presente en el Mario Alberto Kempes o que esté comiéndose las uñas delante del televisor. Si bien del otro lado hay un gigante como River, la noche de hoy puede quedar inmortalizada para siempre. Porque luego de la escandalosa final de la edición anterior, a Central sólo le falta un paso para llevarse la Copa habiendo dejado de rodillas a los dos grandes del fútbol argentino.