El ciervo de los pantanos, que fue declarado monumento natural de la provincia y cuenta con un comité que trabaja por su supervivencia, recuperó cuatro individuos de su especie, tras haber encontrado en los últimos seis meses 250 ejemplares muertos.

Se trata de la recuperación de una especie cada vez más amenazada por las intensas lluvias, los cazadores y el avance de la frontera agrícola que convierten al Delta del Paraná en un hábitat cada vez más incierto para el ciervo de los pantanos.

Tras un arduo trabajo de rehabilitación, mañana será el turno del cuarto ciervo recuperado por el Centro de Recuperación de Especies de Fundación Temaikén (CRET).

El comité científico-técnico es interdisciplinario y tiene como objetivo actuar frente a casos de emergencia con el fin de asistir a crías y ciervos heridos, y contribuir con su supervivencia.

Debido a la escasez de datos sobre la situación de la especie, el comité comenzó a mediados de 2016 un relevamiento de ejemplares para determinar qué tan crítica es la situación de esta especie en el Delta.

Hasta el momento, contabilizaron 250 ejemplares muertos en los últimos seis meses, un panorama alarmante para una especie que hace 15 años llegó a tener sólo 500 individuos en su población más austral.