SáBADO, 30 DE NOV

Italia, en vilo y de campaña para elegir a un nuevo presidente

Hasta el momento, tanto el actual primer ministro, Mario Draghi, como Silvio Berlusconi, quien también ocupó ese cargo pero en tres ocasiones, aparecen como los candidatos más firmes. El actual presidente, Sergio Mattarella, había anunciado su deseo de no postularse para un nuevo período.

El Parlamento italiano iniciará el 24 de enero las votaciones para elegir un nuevo presidente, dando inicio a una campaña en la que el primer ministro Mario Draghi y el tres veces primer ministro Silvio Berlusconi aparecen por el momento como dos de los candidatos más firmes.

La Presidencia de la Cámara de Diputados dijo este martes que ese día será la primera «sesión conjunta» en la que los 1.009 grandes electores fijados por la Constitución iniciarán las votaciones para elegir al sucesor de Sergio Mattarella, quien termina su mandato el 3 de febrero y no buscará la reelección.

Los participantes de la sesión serán los 630 diputados, los 321 senadores y 58 delegados de las regiones. Diecinueve de las 20 regiones del país mandarán tres delegados, elegidos por los Consejos Regionales, mientras que Valle de Aosta enviará un solo representante.

Durante las tres primeras votaciones es necesaria una mayoría calificada de dos tercios, 673 votos, para designar por siete años al presidente, mientras que de la cuarta votación en adelante basta con mayoría simple de 505 apoyos.

En 2015, cuando las votaciones iniciaron el 29 de enero, Mattarella fue elegido el 31 de ese mes, en la cuarta votación, con 665 votos de 1.009 participantes.

En Italia, de todos modos, la gestión diaria la lleva adelante el primer ministro, quien recibe el encargo de formar Gobierno por parte del presidente y debe luego ser ratificado por el Parlamento.

Según la Constitución del país, el mandatario a cargo del denominado Palacio del Quirinale sí tiene entre sus funciones promulgar las leyes y dictar los decretos con fuerza de ley y los reglamentos, además de encargarse de acreditar y recibir a los representantes diplomáticos y ratificar los tratados internacionales, entre otras tareas.

De cara a las votaciones que iniciarán el 24 de enero y que según la prensa italiana se extenderán al menos por cuatro días, analistas consideran que es «improbable pero no imposible» que Berlusconi sea elegido presidente de la República, al tiempo que plantean que su elección haría que el país «perdiera la credibilidad» ganada en los últimos años.

«Creo que la elección de Berlusconi es improbable pero no imposible. Jamás hay que subestimar su capacidad de acción y su ambición de ser inmortal y permanecer en la historia», planteó en diálogo con Télam el periodista Iacopo Scaramuzzi, autor del libro «Dios, al fondo a la derecha», en el que analiza los movimientos de centroderecha y derecha de Europa.

Berlusconi, de 85 años y premier en 1994-1995, 2001-2006 y 2008-2011, anunció ya su intención de competir por la Presidencia del país a la cabeza de su partido de centroderecha Fuerza Italia y con el apoyo de otras fuerzas de derecha como la Liga de Matteo Salvini y Hermanos de Italia de Giorgia Meloni.

«La candidatura de Berlusconi a la presidencia de la República es absolutamente creíble, cree seriamente en ella», agregó en tanto a Télam el exsenador y politólogo Gianfranco Pasquino.

Berlusconi, empresario de medios y de fútbol, tiene sobre sus espaldas una condena por fraude fiscal y una de primera instancia luego revocada por corrupción de menores, entre una serie de escándalos que envolvieron su paso por el poder y que enmarcan el rechazo de las fuerzas de centroizquierda a apoyar su candidatura.

«Su elección dividiría el Parlamento y el país, desafiaría la racionalidad y, creo, sería una herida a la democracia», sostiene Scaramuzzi.

De todos modos, el analista no cierra la puerta a esa posibilidad a partir de la cuarta votación del Parlamento, en la que los candidatos necesitan solo mayoría simple y no mayoría absoluta para ser elegidos: un escenario en el que Berlusconi puede sacar ventaja si logra mantener compacta a la centroderecha.

«En realidad, sus aliados no están entusiasmados con Berlusconi en el Quirinale: han llevado a la derecha italiana más allá de Berlusconi, a posiciones más extremistas, y ahora luchan para recoger su legado. Pero, al final, ganarían por primera vez una posición que en la historia de Italia siempre ha estado cerrado a la derecha», agrega el analista.

Para Pasquino, politólogo y Profesor emérito de Ciencia política de la Universidad de Bolonia, la elección de Berlusconi «sería un desastre para la política italiana».

Crearía «siete años de tensiones, conflictos, enfrentamientos internos, especialmente en el tema de la justicia, pero también de enfrentamientos con la Unión Europea», agrega.

«Los europeos han aprendido que Berlusconi no es confiable. Promete y no cumple. Italia perdería la credibilidad adquirida por Mattarella y especialmente por Draghi», sostiene Pasquino.

Además de Berlusconi, otro de los principales candidatos es el actual premier Draghi, quien a fin de año no descartó la posibilidad de pasar a ejercer la Presidencia si logra el mismo respaldo con el que ejerce el Gobierno, en base a una amplia mayoría que contiene a casi todo el arco político con representación parlamentaria, salvo la derechista Hermanos de Italia.

Sin embargo, la dificultad para encontrar otra persona que pueda ejercer el Gobierno con tanto apoyo y no obligue a adelantar las elecciones le juega en contra a las aspiraciones del economista.

«Su elección abriría el difícil problema de quien sería el premier», enfatizó Pasquino.

Draghi recibió el encargo para formar Gobierno por parte de Mattarella en febrero de 2021 y, a la cabeza de una amplia coalición, podría permanecer hasta que en marzo de 2023 se vuelvan a elegir los representantes del Parlamento, donde sí habrá voto directo de los ciudadanos del país europeo.

Además de Draghi y Berlusconi, algunos partidos han expresado su deseo de que, por primera vez en la historia italiana, una mujer llegue a la Presidencia, con las juristas Marta Cartabia y Paola Severino como candidatas.

 

 

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