MIéRCOLES, 27 DE NOV

IET: La política monetaria debe colaborar con el esfuerzo fiscal y hacerlo sostenible

Para los estudiosos de la Umet,“el aislamiento social restringe ampliamente la movilidad de la fuerza de trabajo", pero no "hay posibilidad de relanzar la actividad económica si el virus retoma su senda exponencial.


El Instituto Estadístico de los Trabajadores (IET), dependiente de la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET) consideró en su informe titulado: “Abril de 2020. La economía política de la pandemia”, que “la política monetaria debe colaborar con el esfuerzo fiscal y hacerlo sostenible”.

En el resumen ejecutivo se lee que la política monetaria «en tiempos más o menos normales tiene una escasa efectividad y su eficacia es más bien indirecta. En tiempos de pandemia su alcance es aún menor. Pero no se trata solamente de que haya más gasto fiscal”, por lo que se considera clave “un mayor gasto del gobierno combinado con un papel imprescindible del BCRA interviniendo en el mercado secundario para proporcionar liquidez a los bonos del gobierno y sosteniendo una tasa de interés de referencia. En suma, una política fiscal mucho más activa junto al papel fundamental del Banco Central como prestamista de última instancia”.

El documento refiere también: “La dominancia de la estrategia de salud no se funda solo en razones éticas. No hay posibilidad de relanzar la actividad económica si el virus retoma su senda exponencial. La cuarentena es la «vacuna» en uso hasta tanto no exista una verdadera vacuna. Hasta entonces, el mundo convivirá con la dinámica del virus”.

En el mismo sentido el texto del documento consignó que “el aislamiento social restringe ampliamente la movilidad de la fuerza de trabajo. Por tanto, la política económica ya no puede apuntar al aumento del nivel de actividad y de empleo, sino que las intervenciones directas se destinan a sostener el aislamiento social (y su posterior flexibilización, limitada y gradual). No se trata de aumentar, sino de evitar una caída mayor”.

Conforme con el IET, la actual situación provocada por la pandemia motivó en la Argentina la aparición de tres dimensiones: la expansión acelerada del sector salud, las transferencias de ingresos por parte del Estado a quienes los perdieron (sean trabajadores formales o informales) y el sostenimiento de las empresas.

Más aún, el estudio expresa que los datos diarios de demanda de electricidad de la industria y grandes comercios muestran que con solo 12 días de cuarentena en marzo, la producción industrial podría caer en ese mismo mes 25/30% en promedio, respecto a febrero; mientras que los datos de los primeros días de abril son compatibles con una caída acumulada de la industria de hasta el 80%, respecto al nivel previo al aislamiento obligatorio.

Por último, el informe revela que “el único modo de enfrentar la pandemia desde el lado de la política económica es con un papel mucho más intenso de la política fiscal (hasta ahora medidas de emergencia equivalen a 1,07% del PBI) y con la colaboración de la política monetaria en tal tarea” y, agrega “no se trata de expandir la demanda al estilo convencional, sino de reemplazar parte de los ingresos perdidos (por empresas y familias) para impedir un colapso y una caída mayor. Esto es perentorio, ya que la estrategia de salud requiere grados de libertad que deben ser proporcionados por la política económica”.

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