El mediador de Naciones Unidas para la guerra en Siria, Staffan de Mistura, anunció hoy que presidirá en Ginebra, Suiza, una nueva ronda de negociaciones de paz el 28 de noviembre y se mostró optimista de que finalmente, después de más de seis años y medio de conflicto, llegó «el momento de la verdad». 

«Necesitamos incluir a las partes en verdaderas negociaciones, sobre asuntos en los que hay alguna perspectiva de que pueden empezar a acercar posturas», defendió el mediador De Mistura, en una videoconferencia con el Consejo de Seguridad de la ONU, informó la agencia de noticias EFE.

Aunque el diplomático no lo mencionó, la cita propuesta para reactivar el diálogo de paz en Ginebra llegará unas semanas después de las negociaciones impulsadas por Rusia, Turquía e Irán, en Astaná, la capital de Kazajistán.

La próxima reunión en Astaná tiene fecha para el próximo lunes y martes. 

Mientras estas negociaciones se concentraron en microacuerdos como treguas parciales y corredores limitados para permitir la salida de civiles y combatientes de ciudades sitiadas, De Mistura adelantó sus objetivos y son más ambiciosos. 

El mediador quiere acordar un calendario y un proceso para redactar una nueva constitución siria y realizar elecciones supervisadas por Naciones Unidas. Según argumentó, ya se avanzó lo suficiente como para poder comenzar a discutir temas más «sustanciales». 

Sin embargo, cada vez que un representante de la ONU intentó discutir cuestiones de fondo y el futuro político de Siria, el gobierno de Bashar al Assad anunció una negativa tajante. Su mandato, dijo una y otra vez, no depende de una negociación internacional, sino del pueblo sirio. 

La oposición siria en el exilio, en tanto, siempre se negó a discutir una transición post conflicto que incluyera a Al Assad. 
Pese a que estas trabas aún existen, De Mistura se mostró optimista. 

«Sin un proceso político inclusivo, hay una verdadera amenaza de que el Daesh o una organización similar pueda volver y explotar los sentimientos de marginación y agravio», advirtió y recordó que el repliegue y las derrotas de la milicia Estado Islámico de los últimos meses no representan una victoria definitiva ni estable para el país árabe. 

La nueva ronda de negociaciones en Ginebra será la octava convocada por la ONU y, pese al optimismo de De Mistura, se concreta con un poco de retraso porque al mediador le costó conseguir el apoyo y el compromiso de las principales potencias mundiales involucradas en la guerra. 

En los últimos días, De Mistura viajó a Moscú, Bruselas -sede de la Unión Europea- y Nueva York -sede de la ONU-, mientras que el secretario general de la ONU, António Guterres se reunió hoy en Ginebra con el secretario de Estado norteamericano, Rex Tillerson. 

En medio de los esfuerzos diplomáticos, la denuncia hoy de un segundo ataque con armas químicas en la primera mitad del año por parte de la aviación siria podría complicar las negociaciones en Astaná y Ginebra. 

La agencia de noticias alemana DPA participó de una investigación que, a partir de testimonios de testigos, concluyó que el ataque con armas químicas en Khan Shaykhun del pasado 4 de abril, el que desató una ofensiva militar de Estados Unidos, no fue el primero de este año. 

Según esta investigación, hubo otro ataque químico similar contra civiles en una localidad vecina. 

Los testigos contaron que el 30 marzo pasado aviones sirios lanzaron al menos una bomba con gas sarín al sur de la ciudad de Al Latamina, controlada por insurgentes.

La Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ), que colaboró en el desarme químico de Siria en 2013 y obtuvo un premio Nobel de la Paz por esa misión, confirmó que en esa zona se usó gas sarín. 

Anwar Rahmun, víctima del ataque, relató que estuvo 12 horas inconsciente tras el ataque: «Cuando desperté sentía como si un fuego ardiera en mi cabeza», recordó.

Un equipo conjunto de Naciones Unidas y la OPAQ que investigó lo ocurrido en Khan Sahykhun, donde murieron 80 personas, presentará hoy ante el Consejo de Seguridad de la ONU el informe sobre el uso de armas químicas en Siria para que se pueda perseguir a los responsables. 

El martes, Rusia vetó una resolución para prolongar el mandato de ese equipo tras fallidos intentos por posponer esa votación algunos días para poder leer antes el informe.

La guerra en Siria comenzó en marzo de 2011 como un conflicto civil que escaló luego que el gobierno de Al Assad reprimiera salvajemente protestas masivas de la oposición, que intentaban emular las llamadas revueltas de la Primavera Árabe, que en algunos casos provocaron la caída de longevos regímenes autoritarios y, en otros, obtuvieron algunas reformas. 

Desde entonces, las principales potencias del mundo y Medio Oriente se involucraron directa o indirectamente en la guerra, lo que provocó una de las peores situaciones humanitarias de la historia reciente: un número desconocido de muertos y heridos -la ONU dejó de contar hace tiempo por falta de información- y más de la mitad de la población sin hogar, desplazada dentro del país o refugiada en el exterior.