MIéRCOLES, 27 DE NOV

Un astrofísico ingles vaticina una mini edad de hielo

Nos acercamos hacia un nuevo mínimo histórico de actividad solar, lo cual provocará una baja de las temperaturas y "la formación de hielo en las costas de toda Europa", según Piers  Corbyn.

La agencia Reuters ha hecho público un vaticinio del meteorólogo y astrofísico británico Piers Corbyn, quien afirmó que la Tierra se enfrentará en los próximos años a una mini edad de  hielo, que tendrá consecuencias devastadoras para el Planeta.

Tal afirmación se basa en recientes estudios donde se sostiene que la actividad solar está disminuyendo a un ritmo más rápido que en cualquier otro momento de la historia. Los científicos prevén que esta tendencia continúe durante los próximos cuatro años, alcanzando un mínimo entre 2019 y 2020, y que tendrán que pasar hasta 15 años para que el Sol vuelva a tener una  actividad normal.

«Nos encontramos ante un declive de la actividad solar y estamos dirigiéndonos hacia un período de más inactividad. Esto puede causar un cambio en las corrientes en chorro de la atmósfera y que se desplacen hacia el sur, provocando que se enfríen las latitudes templadas, en donde se encuentran Europa, Reino Unido y América del Norte», ha alertado el experto.

Corbyn indica que, como consecuencia, «las temperaturas bajarán, lo que conducirá al congelamiento del agua del océano y a la formación de hielo en las costas de Europa. Esperamos que se produzca una mini era glacial», afirmó.

Devastadores terremotos 

El meteorólogo también destacó que existe un vínculo entre estos grandes cambios en la actividad solar y la aparición de fuertes terremotos debido a una reducción en la fuerza de los campos magnéticos que hay alrededor de la Tierra. Según él, «Japón, EE.UU., Filipinas y las regiones propensas a los terremotos de Oriente Medio y Asia están a punto de ponerse en alerta  máxima».

Una menor cantidad de llamaradas solares se asocia con un período de menor atracción magnética sobre la superficie de la Tierra, lo cual detiene el movimiento de las placas tectónicas y provoca que una enorme presión se acumule por debajo de la corteza terrestre. El resultado de esto, explica Corbyn, es parecido a una olla a presión en la que cualquier movimiento leve es  capaz de desencadenar un terremoto masivo.

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