Por Ana Fernandez

El temor a una escalada militar en Oriente Medio tras los ataques selectivos de Estados Unidos en Siria y la situación de Venezuela, acapararon la atención de la Cumbre de las Américas, que se comprometió a luchar contra la corrupción.

La mayoría de los mandatarios de la región manifestaron su preocupación por el uso de armas químicas y alertaron del riesgo de una escalada en Oriente Medio tras el bombardeo ordenado el viernes por la noche por el presidente estadounidense, Donald Trump, contra objetivos selectos del régimen de Bashar al Asad en Siria.

«El presidente (Donald) Trump dejó claro que Estados Unidos no tolerará el uso de armas químicas contra hombres, mujeres y niños», dijo Pence en sus primeras declaraciones públicas en Lima sobre el ataque coordinado con Francia y Gran Bretaña en Siria.

Pero otros mandatarios se mostraron más prudentes y recomendaron, como el brasileño Michel Temer quien manifestó su «profunda preocupación con la escalada del conflicto militar en Siria».

«Ahora es el momento de encontrar soluciones duraderas, basadas en el derecho internacional, para una guerra que se extiende demasiado tiempo, a un alto costo humano», dijo.

El mexicano, Enrique Peña Nieto, que se ponga fin al uso de «estos instrumentos de tan crueles consecuencias» «a través del derecho internacional».

«Siempre apoyaremos las acciones para castigar su uso y buscar su erradicación, pero también hacemos un llamado a la paz», dijo por su parte el colombiano Juan Manuel Santos.

En Lima, el vicepresidente estadounidense, Mike Pence, mantuvo una frenética agenda de encuentros bilaterales para explicar a sus interlocutores las razones de este ataque.

Pence iba a ser uno de los últimos en dirigirse a la asamblea de la Cumbre de las Américas, que concluye este sábado en Lima.

En Twitter, el presidente boliviano, Evo Morales, criticó abiertamente el «desquiciado» ataque contra el «hermano» pueblo de Siria y pidió al «imperio estadounidense detener la masacre de inocentes en Siria».

– Aislamiento de Venezuela –

Ausente en Lima, el gran protagonista de esta VIII Cumbre de las Américas ha sido el venezolano Nicolás Maduro.

La falta de democracia en Venezuela fue objeto de la condena y preocupación de buena parte de los países que participan en la Cumbre de las Américas en Lima y hubo clamor para pedir a Nicolás Maduro que permita el ingreso de ayuda para paliar la crisis humanitaria.

Ante la imposibilidad de ponerse de acuerdo para plasmar en la declaración de la cumbre una condena al régimen venezolano y desconocer las elecciones de mayo convocadas por Maduro, como varios países lo han anunciado, como Chile, Argentina o Colombia, los 14 países del grupo de Lima preparaban una declaración independiente.

La víspera, Pence había pedido «más sanciones» y «más presión diplomática» para «aislar» al régimen de Maduro.
Además de anunciar una ayuda humanitaria para los venezolanos de la diáspora en Brasil y Colombia, pidió a sus aliados «apoyo para hacer frente a la crisis humanitaria», tras reunirse con un grupo de la oposición venezolana, entre ellos Julio Borges y Antonio Ledezma.

Al mismo tiempo, anunció una contribución de 16 millones de dólares en ayuda humanitaria para los venezolanos de la diáspora en Colombia y Brasil.

– Corrupción-

Esta cumbre, que ha contado con la presencia de una quincena de mandatarios de los 34 países del hemisferio, adoptó un compromiso para luchar contra la corrupción, un flagelo que socava la democracia y el desarrollo de la región.

Titulado pomposamente El compromiso de Lima Gobernabilidad Democrática contra la Corrupción, el documento, que no tiene poder vinculante, consta de 57 puntos en los que los mandatarios se compromete a mayor transparencia, acabar con los sobornos, perseguir en la justicia a los culpables y una política de tolerancia cero con los corruptos.

«El Perú ha asumido el reto de luchar frontalmente contra la corrupción», dijo Martín Vizcarra, quien llegó hace tres semanas al poder tras la renuncia de su predecesor Pedro Pablo Kuczynski, salpicado por la corrupción, un mal que corroe la política de un país que ha tenido dos presidentes en la cárcel (Alberto Fujimori y Ollanta Humala) y otros están en la mira de la justicia.