Al menos seis personas resultaron muertas este domingo en una mezquita en Quebec, al norte de Canadá, tras un tiroteo que también ocasionó ocho heridos, según lo informado por la policía provincial. El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, afirmó a través de un comunicado que se trata de un «atentado terrorista dirigido contra los musulmanes» y que esos actos «sin sentido» no tienen cabida en la sociedad canadiense. Según la agencia Reuters, la policía asegura que hay dos sospechosos detenidos, aunque no dio más detalles del caso alegando que la investigación acaba de comenzar.

Un testigo señaló a esa agencia informativa que vio cómo tres personas abrieron fuego sobre al menos 40 personas dentro de la mezquita del Centro Cultural Islámico del barrio de Sainte-Foy, durante la jornada de rezo del domingo. El periódico local Le Soleil, por su parte, señaló en su edición digital que alrededor de las 21.15 del domingo, un sospechoso del ataque fue localizado por la Policía en uno de los puentes de la ciudad. Los agentes declararon que la situación está «bajo control» tras el tiroteo y recalcaron que «el lugar ha sido asegurado y los ocupantes, evacuados».

Encapuchados y a los tiros

Por su parte, un testigo de los hechos comentó a la cadena de televisión canadiense CBC que los dos autores del atentado entraron encapuchados en la mezquita y abrieron fuego. «Me pareció que tenían acento quebequés. Empezaron a disparar mientras gritaban ‘Alá es grande». Las balas alcanzaron a las personas cuando estaban rezando. Los que estaban rezando perdieron sus vidas. Una bala pasó por encima de mi cabeza», dijo ese testigo.

Se informó que las edades de las víctimas mortales oscilan entre los 35 y los 70 años. El portavoz policial Étienne Doyon no confirmó informaciones que indican que uno de los detenidos tiene 27 años de edad y que la Policía había recuperado un fusil de asalto AK-47. La investigación es responsabilidad de un equipo conjunto de la Seguridad de Quebec (la policía provincial) y la Real Policía Montada, dependiente del Gobierno federal.

No se conocen los motivos

El superintendente de la Policía Montada de Canadá, Martin Plante, se negó a ofrecer detalles sobre la identidad, motivos u origen de los dos sospechosos. Plante se limitó a señalar que «hay procesos legales» en marcha, lo que le impide «hacer comentarios sobre su identidad». El portavoz policial también dijo que en estos momentos no se conocen los motivos del ataque.

La Policía de Quebec añadió que ha aumentado la presencia policial en las mezquitas de la provincia así como en la Universidad de Laval, cercana a donde se produjo el ataque y donde estudian muchos jóvenes procedentes de países árabes.

El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, condenó el suceso a través de las redes sociales: «Esta noche, los canadienses lamentan los muertos en un cobarde ataque en una mezquita de la ciudad de Quebec. Mis pensamientos están con las víctimas y sus familias», escribió en Twitter. «Después de este acto terrorista, he pedido a la Asamblea Nacional de Quebec que nuestra bandera ondee a media asta», indicó en otro mensaje junto al hashtag #tousunis (Todos unidos).

Vandalismo y xenofobia

La mezquita, parte del Centro Cultural Islámico de Quebec, ha sido víctima de actos vandálicos y mensajes xenófobos en los últimos meses. En junio, en plena época del Ramadán, una cabeza de cerdo fue arrojada dentro del edificio, según la cadena canadiense CBC.

El presidente de Francia, Francois Hollande, ha condenado el atentado, que, ha asegurado, quiere golpear «el espíritu de paz y apertura del pueblo de Quebec». El jefe del Estado subrayó que Francia está junto a las víctimas y sus familias y dijo que había enviado «un mensaje de simpatía, de afección y de solidaridad» al primer ministro de Québec, Philippe Couillard, y al de Canadá, Justin Trudeau.

La representante de la diplomacia europea, Federica Mogherini, ha condenado los hechos y ha expresado su apoyo a Canadá. «La UE comparte», se lee en el comunicado, «la firme defensa de la libertad religiosa y de la diversidad como herramienta para fortalecer la sociedad». «El atentado de este domingo ha demostrado una vez más que el terrorismo es una amenaza para todos […], no depende de la religión, de la fe o de la nacionalidad», ha recalcado Mogherini.