La brecha entre ricos y pobres nunca ha sido tan grande como en la actualidad y la creciente desigualdad podría llevar a una mayor inestabilidad, advierte un informe de la ONG Oxfam publicado hoy.

El informe, difundido un día antes del inicio del encuentro del Foro Económico Mundial en Davos, identifica a las grandes corporaciones y los sectores más acaudalados como los vehiculizadores de esa desigualdad.

A partir del martes, decenas de jefes de Estado y de Gobierno y empresarios de todo el mundo se reunirán en esta ciudad suiza.

«La creciente desigualdad amenaza con dividir nuestras sociedades. Hace aumentar la criminalidad y la inseguridad, al tiempo que mina la lucha para poner fin a la pobreza. Deja a más gente viviendo con miedo y menos con esperanza», señaló esta entidad que reúne a numerosas organizaciones no gubernamentales y que tiene su sede en Gran Bretaña.

En el año 2015, el 1 por ciento más rico tenía más acceso a la salud que el resto del planeta y actualmente ocho varones tienen la misma cantidad de riqueza que la mitad más pobre del mundo, señala la ONG en el reporte, difundido por la agencia de noticias DPA.

Si bien se ha registrado crecimiento económico, éste ha sido extremadamente desigual. Los ingresos del 10 por ciento más pobre de la población mundial aumentaron en menos de 3 dólares por año entre 1988 y 2011, mientras que los ingresos del 10 por ciento más rico se multiplicaron 182 veces en ese período.

Los negocios son la savia de la economía de mercado, pero no cuando favorecen sólo a los más ricos, añade el informe. En un esfuerzo por lograr mayor rendimiento para los accionistas y la dirigencia, las corporaciones fueron impulsadas a exprimir a sus trabajadores y productores, evadir impuestos e influir en las políticas a través del amiguismo, agrega Oxfam.

«Necesitamos construir juntos un nuevo consenso para diseñar un modelo económico que beneficie a todas las personas, y no sólo a una élite selecta», dice.

Oxfam llamó a los gobiernos a cooperar, en lugar de competir, para asegurar que los impuestos sean justos, el medio ambiente esté protegido y los trabajadores estén bien pagados. La tecnología debería ser utilizada para reducir la desigualdad y el trabajo de las mujeres debería estar más reconocido.