Por Mario Luzuriaga

«Breaking Bad» fue una de las mejores series de los últimos años. Allí encontramos a Walter White (Bryan Cranston), un profesor de química que se dedica a fabricar metanfetaminas. Pero cuando las cosas se ponían turbias siempre recurría al abogado Saul Goodman ( Bob Odenkirk).

El personaje fue tan reconocido por el público que luego de finalizar la serie crearon un desprendimiento o «spin off» de la misma, llamada «Better call Saul». La nueva serie muestra los orígenes del inescrupuloso aunque cómico abogado. Si bien las conexiones con «Breaking Bad» son ineludibles, «Better…» se estableció como un drama con vuelo propio en el que no sólo se profundiza en el pasado y la dualidad moral de Saul Goodman / Jimmy McGill, sino que se introduce una gama de personajes que crean un nuevo mundo de posibilidades narrativas.

La historia de McGill es un permanente debate interno entre su intención de satisfacer las expectativas de sus seres queridos -en especial su novia Kim (Rhea Seehorn) y su hermano mayor Chuk (Michael McKean)- y su propia naturaleza, que aunque no suele estar acorde a las normas es la que lo hace más feliz.

La serie se estrena mañana por Netflix y cada semana se irá renovando hasta completar los ocho capítulos que compondrán esta serie.