La búsqueda de víctimas llegaba casi a su fin este domingo en Italia, mientras se desvanece la esperanza de hallar supervivientes entre los escombros de los pueblos del centro del país devastados por un terremoto que dejó al menos 290 muertos.

Cuatro días después del sismo, las autoridades tratan ahora de evaluar los daños y organizar la vida de los habitantes de la región en los próximos meses. Al menos 2.500 personas han perdido sus casas en el terremoto.

«Nos preparamos para el invierno. (…) Vamos a pasar el invierno aquí. Al principio en tiendas de campaña, y luego espero que en prefabricados», dijo a la AFP un superviviente, Emidio Chiappini, albergado en una tienda de la protección civil.

En este campamento de tiendas de campaña azules, los rostros son sombríos, pese a los esfuerzos de los socorristas por hacer algo más acogedor el lugar, con juguetes para los niños y vino en las mesas.

Las autoridades italianas han dedicado de inmediato 60 millones de euros en fondos de urgencia, a los que se añaden 10 millones más en donaciones.

Italia se dispone también a apelar al fondo de solidaridad de la Unión Europea, pero el tiempo apremia: el frío va a llegar pronto a estas regiones de montaña baja, y la desesperanza es creciente.

“No tengo ninguna perspectiva” explica Massimo, otro sobreviviente. “No hacemos nada durante todo el día. Tenía la costumbre de trabajar casi 18 horas diarias, y ahora no tenemos nada que hacer”.

El jefe del gobierno, Matteo Renzi reiteró el sábado, durante los solemnes funerales de 35 de las víctimas, que el gobierno haría todo para ayudar a los afectados.

Según la prensa italiana el gobierno se dispone a nombrar esta semana a Vasco Errani, antiguo presidente de la región Emilia-Romaña -golpeada por un sismo en 2012-, como comisario para la reconstrucción, con amplios poderes para tomar rápidamente las decisiones operativas.

La noticia lógicamente también llegó a Argentina y las diversas colectividades expresaron su dolor. En diálogo con Conclusión, Mariano Gazzola, Vicesecretario para América Latina del CGIE (Consejo General de los Italianos en el exterior) y Vicepresidente del Comité de los Italianos en el Exterior de Rosario,  expresó su tristeza por la situación que vive el país: “Es una desgracia terrible porque hay 290 muertos, y tres pueblos de un gran encanto paisajístico destruidos, con una reconstrucción que será difícil. El trabajo de los equipos de rescates fue muy bueno, porque lograron extraer vivas de los escombros más de 200 personas, número que nos permite dar una idea de lo terrible de la situación”.

Asimismo, agregó que si bien aún no se solicitó ayuda, esperan noticias para  poder colaborar desde Argentina: “Lo que pasó causa un gran dolor y tristeza. También un sentimiento de impotencia grande, porque en éste momento no es mucho lo que podemos hacer a la distancia. Seguramente en las próximas semanas se organizarán iniciativas de solidaridad para poder contribuir con la reconstrucción que es el gran trabajo que se viene». «Hay un comunicado de la Unidad de Crisis del Ministerio de Relaciones Exteriores italianos en el que se señala que por el momento no hay necesidad de envío de personal de voluntarios, o bienes, pero señalan colectas diversificadas de las Regiones Marche, Lazio y Umbria, de la Iglesia Católica y de otras organizaciones, para hacer frente a las necesidades de los próximos meses”, expresó Gazzola.

Investigación

Al mismo tiempo, se inician las investigaciones para determinar por qué el terremoto causó tantos muertos y destrucciones, cuando las normas antisísmicas en esta zona de claro riesgo están en vigor desde hace más de 45 años.

“En un primer momento, los expertos deberán decirnos y explicarnos cómo los edificios fueron construidos y por qué se han derrumbado. Luego buscaremos responsabilidades detrás de los escombros”, declaró el fiscal de Rieti, Giuseppe Saieva, al diario la Stampa.

La investigación se inicia con los edificios públicos destruidos o fuertemente dañados en Amatrice: la escuela (sin embargo renovada con grades gastos en 2012), el hospital, el cuartel, el teatro. Según los medios, los propietarios que hicieron obras sin autorización en edificios que se derrumbaron, o funcionarios que entregaron certificados de conformidad podrían ser llevados ante la justicia.

“Si los primeros en caer son los edificios simbólicos del Estado, como la escuela, el cuartel, el hospital, ello quiere decir que somos un país generoso en la solidaridad pero incapaz de respetar las normas”, comentó el presidente del Senado, Piero Grasso.