No es insólita ni desconocida la afirmación de que los habitantes de Suecia son quienes históricamente gozan de una alta calidad de vida y que tal cuestión suele ser tomada como referencia por quienes en otros países procuran reproducirla, muchas veces sin éxito.

Gotemburgo es una ciudad de 500.000 habitantes, portuaria e industrial del país escandinavo, que además cuenta con una intensa vida social, enmarcada en el desarrollo de actividades artísticas y creativas, como por ejemplo una importante muestra de cine y festivales de música popular.

Nada de ello podría cristalizarse si no se contara con los trabajadores que le dan vida a cada una de las actividades, y que desde los primeros días de abril de 2014 se desempeñan en una jornada laboral que pasó de las clásicas ocho horas diarias a seis, según lo determinó su Concejo Municipal.

En ese sentido, el cambio ofreció resultados positivos ya que aumentó la productividad y se registraron menos cantidad de bajas por enfermedades.

Como ejemplo de ello, la enfermera Lise-Lotte Petterson le comentó al diario The Guardian: «Solía estar cansada todo el tiempo, llegaba a casa y pasaba el resto del día en el sofá. Hoy tengo mucha más energía, tanto en mi trabajo como en mi vida personal”.

Además, el investigador de microeconomía de la Universidad de Lund, Roland Paulsen, dijo luego de un estudio realizado desde décadas atrás que “durante muchos años los políticos han anunciando que era necesario crear más puestos de trabajo a la vez que aumentaba la masa de horas trabajadas. Pero la productividad se ha duplicada desde 1970, por lo que técnicamente tenemos potencial incluso para que las jornadas laborales sean de cuatro horas».

Por su parte, la gerente del Centro Svartedalens, Ann-Charlotte Dahlbom, también consideró oportunamente ante el diario Goteborg Daily que “la mejora en el bienestar de los trabajadores es innegable. Están menos presionados y tienen más energía. Pienso que es un buen modelo laboral».

Otras experiencias registradas como por ejemplo en las instalaciones de la fábrica Toyota o en una empresa emergente e innovadora de 22 empleados, los resultados son similares ya que sus responsables indicaron que “el personal se siente mejor, el uso de la maquinaria es mucho más eficiente, y todo el mundo es feliz”, además de apreciar que la jornada de seis horas otorga “una ventaja competitiva respecto al resto de empresas ya que logran trabajadores más cualificados”.