Al menos 31 civiles, entre ellos varios niños, murieron el miércoles en ataques aéreos en dos ciudades sirias controladas por la oposición, indicó una ONG.

Según el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (Osdh), los bombardeos fueron probablemente obra del gobierno sirio o de su aliado ruso.

Estos ataques se producen pese a que fue decretada una tregua hasta el viernes, que por el momento no ha impedido la violencia.

En la ciudad de Rastan de la provincia de Homs, en manos de los rebeldes, al menos 16 civiles murieron y decenas resultaron heridos en ataques aéreos, indicó el OSDH. Otras tres personas habían muerto el miércoles en bombardeos previos.

Restan es uno de los últimos bastiones rebeldes en la provincia de Homs y la ciudad fue asediada por las fuerzas gubernamentales en 2012.

En el noreste del país, en la ciudad de Ariha de la provincia de Idleb murieron al menos 12 civiles, incluyendo tres niños, en ataques aéreos.

Esta ciudad y casi toda la provincia está en manos del Ejército de la Conquista, una alianza que reúne principalmente a grupos islamistas, entre ellos Al Nusra, la rama de Al Qaida en el país.

Un periodista de la AFP vio a miembros de la defensa civil buscando supervivientes en medio de los escombros con una excavadora.

Tanto las fuerzas del gobierno sirio como sus aliados rusos atacan con regularidad la provincia de Idlib.