Un total de 1.200.000 personas fueron sancionadas desde el inicio en 2012 de la actual campaña contra la corrupción en China.

De esta forma, unos 2.600 fugitivos fueron repatriados y las autoridades se incautaron de bienes por un valor de 8.600 millones de yuanes (unos 1.200 millones de dólares), según lo que indicó la Comisión Central de Inspección Disciplinaria (CCDI) del Partido Comunista de China (PCC), a cargo de la campaña contra la corrupción de los cuadros comunistas.

En este sentido, China firmó tratados de extradición con 48 países, entre ellos España, Italia y Francia.

Las autoridades mantienen el objetivo de «aplastar la corrupción», declaró Luo Dongchuan, un alto responsable de la CCDI, según el sitio internet del organismo.

No obstante, en 2016, por primera vez desde el inicio de la campaña 2012, disminuyó el número de casos de corrupción señalados a la comisión, dijo otro responsable, Xiao Pei.

En dicho año, 57.000 integrantes del Partido Comunista se presentaron en forma voluntaria ante las autoridades anticorrupción, agregó Xiao Pei.

Además, unos 410.000 dirigentes o funcionarios, entre ellos 76 con un rango equivalente o superior al de ministro, fueron sancionados en 2016, anunció por su parte el diario oficial en inglés China Daily.

Desde su llegada al poder en 2012, el presidente Xi Jinping supervisa una campaña de mucho impacto público contra la corrupción.

Algunos analistas consideran que esa campaña contra un mal profundo de la sociedad china es además un instrumento para eliminar rivales políticos.