El hambre es lo que se está viendo todos los días en las escuelas, en los centros de salud barriales, en los centros comunitarios”, dijo la concejala Marina Magnani, al reclamar “la urgente aprobación de la declaración de Emergencia Alimentaria en la ciudad, que permita garantizar las comidas diarias para las familias que se están quedando sin ingresos”.

La concejala del bloque Unidos y Organizados-FPV presentó un proyecto de ordenanza a principios de agosto, porque “la situación es cada vez más grave, sobre todo a partir de comienzos de este año. En los meses de febrero y marzo comenzamos a notar un crecimiento muy fuerte de la demanda de comida».

Luego dijo que la situación se fue confirmando en distintos ámbitos y a modo de ejemplo describió que «en las escuelas secundarias barriales los docentes y los estudiantes nos dicen que es necesario que funcionen comedores, algo que sólo se contempla para la escuela primaria. En los centros de salud y de convivencia barrial aparece con mayor frecuencia la demanda de asistencia alimentaria. Y los comedores y los merenderos comunitarios tienen gente en lista de espera, no pueden atender a todos”.

“Está claro que esto ocurre principalmente como consecuencia de medidas económicas del gobierno nacional, pero otra vez la tragedia del neoliberalismo está recayendo en los municipios, y hay que generar respuestas”, señaló y agregó: “Por eso insistimos con la declaración de la emergencia, creando un área de asistencia alimentaria para atender a quienes se están quedando sin ingresos, y garantizar el derecho a la alimentación”.

Asimismo, Magnani consideró que “la herramienta más accesible que hoy dispone el municipio es universalizar entre quienes tienen carencias alimentarias  la Tarjeta de Ciudadanía, y también aumentar sustancialmente el monto, que hoy es de 260 pesos mensuales por familia».

Además, propuso que las instituciones territoriales junto a organizaciones comunitarias colaboren con el municipio en el diagnóstico y seguimiento de la emergencia alimentaria, para determinar qué tipo de intervención necesita cada barrio para que se garantice el derecho a la comida.

«La quita de retenciones, el dólar alto, los aumentos en los combustibles, el aumento de tarifas de luz y gas, son todas medidas que impactan directamente en la suba del precio de los alimentos como la carne, el pan, el aceite, las verduras, los lácteos. Hay productos alimenticios que aumentaron por encima del 400 por ciento, algunos hasta el 700 por ciento. Y no hubo ingreso de ningún tipo que aumentara de la misma manera”, cerró la concejala del bloque Unidos y Organizados-FPV .