El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, anunció un aumento de 40 por ciento del salario mínimo, de las pensiones y de los sueldos de los funcionarios, el séptimo incremento de 2017, en un nuevo intento por neutralizar la explosión de precios en una economía con hiperinflación.

«Anuncio el aumento del 40 por ciento del salario mínimo nacional y de todas las tablas salariales a nivel nacional, de maestros, maestras, militares, policías, médicos, médicas, trabajadores públicos», dijo Maduro durante un discurso de fin de año.

En simultáneo, Maduro decretó una suba de casi el doble del bono de alimentación conocido como cestatícket, «para la protección del derecho a la alimentación» del pueblo, explicó.

«El salario mínimo entonces subirá de 177.507 bolívares a 248.510 bolívares, y el cestatícket subirá entonces de 279.000 bolívares a 500.490 bolívares», dijo Maduro.

«El ingreso mínimo integral (que se obtiene sumando el sueldo y el cestatícket) quedará en 797.510 bolívares (unos 238 dólares a la tasa de referencia oficial) para todos los trabajadores y trabajadoras de nuestra amada patria», agregó el presidente.

Al cambio paralelo, el que se aplica en todas las transacciones que no involucran al Estado en Venezuela, este ingreso mínimo integral queda en poco menos de 7 dólares.

Con el aumento, la pensión, sumada al llamado «bono de guerra económica» con el que el chavismo trata de paliar los efectos de una crisis que atribuye a los «especuladores» internos y a Estados Unidos, los jubilados recibirán cada mes 347.914 bolívares, unos 104 dólares a la tasa oficial y poco más de 3 dólares si se toma la cotización en el mercado libre.