El Colegio de Corredores Inmobilarios de Rosario (Cocir) puso serios reparos a las pretensiones de la Concejalía Popular de suscribir un acta este jueves donde se establezca un índice metropolitano que fije los precios de los alquileres en Rosario.

«Nos parece inoportuno y contrario a Derecho», advirtió el titular de la entidad Julio Farah.

La semana pasada, el Centro de Estudios Metropolitanos de la Concejalía Popular le propuso a las cámaras inmobiliarias la firma de un acta acuerdo donde exista una instancia de mediación entre locatarios e inquilinos; la suspensión por un año de los escalonamientos en los montos de los alquileres; y la renovación de los contratos de acuerdo a un índice que resulta de los salarios mercantiles, docentes y municipales.

La iniciativa se plasmó en la sede local de Gobernación, y con la participación del ministro de Gobierno santafesino, Pablo Farías. De allí, el titular de Concejalía Popular, Nire Roldán se retiró con la expectativa de firmar el acta-compromiso pasado mañana.

Sin embargo, la propuesta ya encontró sus primeros reparos. «No somos parte, no representamos a los locadores ni asumimos su voz. Somos mediadores entre las partes», aclaró Farah.

En cuanto a la creación del índice metropolitano, el titular del Cocir aclaró que al ser intermediarios entre propietarios e inquilinos «no podemos acordar ningún índice, que además resulta genérico y no contempla la particularidad de cada sector en un contexto de crisis».

Para el representante de los corredores inmobilarios el hecho de firmar el acta «resulta inoportuna y contraria a derecho. Y si se generaliza una estimación se terminan generando injusticias».

Este valor de referencia a la hora de firmar las locaciones se produciría de común acuerdo entre las cámaras inmobiliarias, corredores inmobiliarios, las pymes, centros comerciales,organizaciones de defensa de los locatarios, la Asociación Empresaria y el Estado. Para estos puntos y otros adicionales, como la reducción de las cargas impositivas, se propuso una mesa de trabajo.

En los últimos años crecieron el reclamos y quejas de inquilinos.