La problemática de la mala alimentación en los seres humanos es un tema que alcanza a hombres y mujeres de todas las edades. Durante la infancia, el comer de forma saludable es fundamental para el crecimiento. Sin embargo es de común conocimiento que el porcentaje de obesidad en niños crece a través de los años. Sin embargo no sólo se incrementa en esa edad; durante la etapa universitaria se evidencia un alto números de estudiantes que padecen sobrepeso.

La Universidad Nacional de Rosario, realizó un informe  en el cual informa detalles de la problemática y a partir de esto, la Facultad de Ciencias Bioquímicas comenzó a brindar un taller extracurricular sobre «Educación en alimentación para estudiantes universitarios»,  dirigido a los alumnos de los primeros años de esa Facultad, organizado por las Secretarías Estudiantil y de Extensión.

“La mala alimentación y el sedentarismo  se convierten en factores de riesgo de enfermedades crónicas no transmisibles tales como diabetes, hipertensión, cardiovasculares y algunos tipos de cánceres”, adviertió en el informe Gisela Piccirilli, investigadora del Area Bromatología y Nutrición y coordinadora del Taller. “Pretendemos que desde el inicio de la carrera incorporen buenos hábitos alimenticios y los sostengan en su vida adulta”, afirmó.

465x282_1e85286327f2b63639e4619aeb8c2ec5En la página de la UNR detallaron que la planificación de esta actividad se tuvieron en cuenta los datos de las encuestas nacionales de nutrición que indican la suba en el consumo de grasas, la disminución en la ingesta de fibras y el aumento del sedentarismo, cuestiones que  influyen en el incremento del sobrepeso y la obesidad en todos los rangos etareos, según explica María Catalina Olguín, profesora del Departamento Ciencias de los Alimentos y Medio Ambiente.

También, aseguraron que fueron relevantes los datos de una investigación que están realizando las Facultades de Medicina y Bioquímicas para evaluar el riesgo relativo de sobrepeso en estudiantes universitarios y su asociación con el consumo de bebidas analcohólicas y actividad física. Las bebidas analcohólicas son aquellas que no contienen grado de alcohol, como la mayoría de las gaseosas, bebidas cola, jugos, zumos y aguas con sabor.

El año pasado se realizó un cuestionario a estudiantes universitarios entre 18 y 30 años sobre consumo de bebidas analcohólicas (ingesta de tres o más veces por semana) y práctica de actividad física (más de dos horas y media por semana). De la muestra, compuesta por 239 mujeres y 131 hombres, surgió que los varones tienen 2,5 veces más de riesgo relativo de tener sobrepeso que las mujeres. Además, que la actividad física superior a dos horas y media semanales, disminuye en un 60 % las probabilidades de obesidad respecto de los que no la practican. Y si bien no hubo asociación entre el sobrepeso y el tipo de gaseosa, el resultado estaría indicando que aquellas personas que lo padecen tienen más tendencia a tomar bebidas bajas calorías, quizás para reducir su ingesta calórica.

Las bebidas con sabor e infusiones azucaradas con distinto aporte energético, representan el 50% de la ingesta de líquido consumido por los argentinos, de acuerdo al estudio “Hidratar” presentado en el XVIII Congreso Argentino de Nutrición. De los 2 litros por día que se toman, sólo el 21% es agua pura y entre los adolescentes la ingesta es inferior, con un promedio de 13%.

“Prácticamente la mitad del líquido que se consume en nuestro país es en base a bebidas azucaradas; esto sumado a los malos hábitos alimentarios y el sedentarismo, inciden en el altísimo crecimiento del sobrepeso y la obesidad especialmente en niños y adolescentes, una población vulnerable y sensible a los mensajes publicitarios”, analiza Olguín.

Concejos para todos: guías alimentarias

A partir de estos datos, así como de las encuestas nacionales de  nutrición y enfermedades de riesgo que demostraron que en Argentina hay problemas de salud que pueden evitarse con educación alimentaria y hábitos de vida saludables,  surge en la Facultad la necesidad de ofrecer el Taller de educación en alimentación.

Los contenidos del mismo están basados en las guías alimentarias nutricionales realizadas por la Asociación Argentina de Dietistas y Nutricionistas que cuentan con el aval del Ministerio de Salud de la Nación. Se trata de diez mensajes simples en torno a la alimentación y a la realización de ejercicios, destinados a toda la comunidad.

Entre ellos se menciona incorporar a diario alimentos de todos los grupos y realizar al menos 30 minutos de actividad física,  tomar a diario ocho vasos de agua segura, consumir a diario cinco porciones de frutas y verduras en variedad de tipos y colores. “El consumo de frutas y verduras diario disminuye el riesgo de padecer obesidad, diabetes, cáncer de colon y enfermedades cardiovasculares”, se explicita.

También se promueve reducir el uso de sal y el consumo de alimentos con alto contenido de sodio ya que  “previene la hipertensión, enfermedades vasculares y renales, entre otras”. Además, limitar el consumo de bebidas azucaradas y de alimentos con elevado contenido de grasas, azúcar y sal.

Asimismo, se sugiere consumir diariamente leche, yogur o queso, preferentemente descremados ya que los alimentos de este grupo son fuente de calcio necesarios en todas las edades. Al consumir carnes, se aconseja quitarle la grasa visible, aumentar el consumo de pescado e incluir huevo. Consumir legumbres, cereales preferentemente integrales, papa, batata, choclo o mandioca, aceite crudo como condimento, frutas secas o semillas. Finalmente, se promueve que el consumo de bebidas alcohólicas sea responsable y que se evite siempre al conducir.