La educación universitaria en Rosario comenzó en 1919 con la creación de la Universidad Nacional del Litoral, hija de la Reforma de 1918 y la cuarta Universidad de Argentina, después de Córdoba, Buenos Aires y La Plata. Su misión, como el nombre y el escudo lo indican, era servir a las provincias del Litoral Argentino.

Nació con tres facultades en Rosario, creadas sobre la base de estructuras preexistentes: el Hospital del Centenario que  dio origen a la Facultad de Ciencias Médicas; el Colegio Industrial de la Nación, que luego se convirtió en  la Facultad de Ciencias Matemáticas, Físico-Químicas y Naturales Aplicadas a la Industria (hoy Ciencias Exactas, Ingeniería y Agrimensura); y la Escuela Superior de Comercio, de la cual surgió la Facultad de Ciencias Económicas, Sociales y Políticas (hoy Ciencias Económicas y Estadística).

La aspiración de la comunidad rosarina de contar con una universidad pública propia tuvo que esperar hasta 1968, cuando el gobierno nacional de facto dictó, el 29 de noviembre, la ley 17.987. Sobre la base de siete facultades, institutos y organismos de la Universidad Nacional del Litoral asentados en Rosario, se creó la décima Universidad Nacional argentina: la UNR. Es en función de esta fecha que se celebra el “cumpleaños” de esta Universidad.

En la actualidad es una de las mayores universidades públicas del país. Con doce facultades, un Centro de Estudios Interdisciplinarios y tres escuelas medias, brinda una amplia oferta académica: 60 carreras de grado, 230 de posgrado, 11 Tecnicaturas de Educación Superior, 7 Tecnicaturas y 2 Bachilleres de Educación Secundaria.

Su importante producción científica y capacidad de gestión para la innovación constituyen un  factor clave en el notable crecimiento de la investigación en la región de Rosario. Durante los últimos años, la Secretaría de Ciencia y Tecnología de la UNR acreditó más de 3.900 proyectos. Además, casi 300 proyectos evaluados y acreditados por organismos como Conicet, Inta y Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica fueron radicados en nuestra Universidad.

Actualmente hay casi 8.500 profesionales dedicados a la investigación en la UNR, de los cuales más de 7.700 son investigadores acreditados como tales y otros 700 son becarios de investigación.

La institución tiene 80.170 alumnos de pregrado y grado y 17.380 de posgrado. El 74,39% de los nuevos inscriptos es de la provincia de Santa Fe y el 46,95% de Rosario. Hay un 9,73% de Buenos Aires, 4,08% de Entre Ríos y un 1,36% de Córdoba. La cantidad de alumnos extranjeros en toda la Universidad es de 2.409.

Crecimiento

En los últimos diez años la UNR tuvo un importante crecimiento de su oferta de posgrado que apunta al perfeccionamiento constante de los graduados. En el año 2007 había 152 carreras que aumentaron a 230 en la actualidad. De ellas, 129 son Especializaciones, 66 Maestrías y 35 Doctorados.

Otro aspecto a destacar es la modernización de sus procesos de enseñanza a través del Campus Virtual. Esta modalidad educativa y de investigación mediada a través de las tecnologías de información y comunicación, posibilita la realización de carreras y cursos a distancia, el archivo de materiales educativos y un espacio para la construcción del conocimiento público.

Participan en esta plataforma 75.742 usuarios, mientras que el año pasado lo hacían 68.000. Asimismo, cuenta con más de 1327 espacios abiertos, 145 más que en el 2015.

La Universidad Nacional de Rosario se ve a sí misma como una Institución al servicio de la sociedad regional, tanto  para proveer un servicio público de formación superior altamente calificado en las más diversas disciplinas, como para garantizar una producción de conocimiento de nivel internacional. En esto último es fundamental su esfuerzo y su capacidad de articulación con el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas y con otras instancias  del  sistema  científico-tecnológico nacional y global.

Además, la institución se asume como promotora de articulaciones con distintos actores sociales, en variados campos: la transferencia tecnológica y la innovación productiva, la difusión cultural, la educación no formal, el apoyo a iniciativas de grupos e individuos de diversa índole inspirados en el bien común.