por Aldo Battisacco

El titular de la Federación Industrial de Santa Fe (Fisfe), Guillermo Moretti, había asegurado hace días que «seis mil empresas del país» se tornaron «inviables» como consecuencia del aumento de las tarifas energéticas. Otro indicador es que los costos de producción derivan en la pérdida de competitividad y posterior caída de ventas.

Las afirmaciones del empresario, encierran una síntesis sobre la realidad que atraviesan distintos sectores de la producción en Santa Fe. Un estudio realizado por el instituto de Investigaciones Económicas de FISFE, aportó una radiografía de los desafíos y problemáticas que alcanza a la industria santafesina.

Según el informe elaborado por Fisfe del primer trimestre del año, la industria de la Provincia de Santa Fe, aporta al PBI provincial un 36%, y ocupa el 3ª lugar en cantidad de establecimientos industriales y de personal ocupado. Los sectores que abarca son el Siderometalúrgico, Químico, Petroquímica, Frigorífico, Alimenticio, Lácteo, Aceitero, Molinero, Harinero, Yerbatero, Metalúrgico, Autopartes, Automotriz, Empresas de base Tecnológica, Calzado, Mederero (muebles de madera), e Industria Gráfica.

El 50% de las maquinarias agrícolas del país es producida en la región, donde además existen numerosas industrias alimenticias y metalmecánicas afincadas, como también hay establecimientos procesadores de aceite vegetal, y representan al 53% de la capacidad de molienda del país.

Los parques industriales de toda la provincia sufrieron un incremento de la tarifa eléctrica que osciló entre el 140 y el 423% el primer trimestre. Las consecuencias del denominado sinceramiento llegaron con un efecto devastador en la capacidad de consumo de la población al alcanzar a los productos como la alimentación en manos de los formadores de precios. Así lo revela el informe de actualidad industrial elaborado por la Federación Industrial de Santa Fe (Fisfe).

EPE Trabajando 1

Para el comercio y la industria significa un aumento directo de los costos de operación, que se esta viendo reflejado en aumentos en los precios de la producción. Esto obligó a una reducción de la demanda si se tiene en cuenta que para muchas familias la electricidad es un consumo inelástico, y el incremento de la tarifa se traduce en reducción de la demanda de otros productos.

Por ahora, más allá de las especulaciones, la quita de subsidios, ha llevado los costos de la energía y el gas a presupuestos no contemplados en la planificación anual de la producción de los empresarios santafesinos. Según el estudio de Fisfe, el resultado en términos macro-económico de la aplicación de estas medidas «provocó recesión y más inflación».

Los primeros indicadores de producción de 2016 mostraron «una caída de la actividad industrial, que en el caso de la siderurgia siderúrgica supera los 15 puntos. La faena bovina y la industrialización de leche también están mostrando alarmantes signos negativos. Por otra parte, existe incertidumbre sobre las políticas en materia de importaciones y sus impactos sobre la producción y el empleo industrial, especialmente en la importante industria metalúrgica de la región».

El informe de los empresarios, destacó que: “La contracción del mercado interno acaecida como resultado de la aceleración inflacionaria desde diciembre de 2015 debilita los niveles de demanda y la actual producción de la industria santafesina”, y agrega que los «efectos de la reciente devaluación, sumados a la volatilidad cambiaria, están alterando la estructura de costos de las industrias, y dificultando la planificación anual».

A los que se agregó, los efectos de la desvalorización de la moneda nacional que «exacerba la estructura de costos de varias actividades agropecuarias desarrolladas en Santa Fe lesionando el posterior proceso de industrialización».

La industrialización de «leche cayó el 8,5%, las inclemencias climáticas redujeron a la mitad la producción de leche en tambos, y la producción de laminados en caliente cayó 15,2%. “Se manifiesta una delicada situación en la industria metalúrgica y una menor demanda de la construcción”.

Entre los rubros más destacados aparece, como se dijo, los de la industria siderúrgica, que presentó en 2015 un retroceso en su nivel de actividad de 3,6% interanual, tras alcanzar una producción de acero de 1,35 millón de toneladas. La elaboración de laminados en caliente en 2015 fue de 767 mil toneladas, un nivel 6,7% por debajo en relación al año anterior. Durante el segundo semestre de 2015, el nivel de actividad fue 4,5% por debajo con respecto a igual período del año anterior, y un tercio de las industrias redujo sus horas extras.

La producción automotriz finalizó el año con una caída de 33% interanual, situación semejante a lo acontecido en el plano nacional. La misma se fundamenta en «la severa retracción de demanda del mercado brasileño, en las restricciones de acceso al mercado de divisas, y por paradas de planta debido a dificultades en el abastecimiento de piezas provistas por proveedores»

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Juan Losé Aranguren, ministro de Energía

“Las perspectivas para el 2016 se enmarcan en un sustancial reacomodamiento de las variables macroeconómicas que implicará importantes desafíos a lo largo del año, donde el frente externo también prefigura complicaciones. Ante este escenario los desafíos mencionados se hace necesario un conjunto de iniciativas orientadas para impulsar la industria manufacturera, con especial atención en las Pymes y las economías regionales”, concluyeron desde el seno de la institución

Los mayores costos de los insumos devenidos «del proceso de depreciación del peso erosiona paulatinamente las eventuales ganancias de competitividad-precio».

En materia crediticia, expone el estudio que los nuevos aumentos de los costos financieros dificulta el acceso al crédito para la recomposición del capital de trabajo que resulta vital en esta compleja coyuntura.

De acuerdo a datos del Banco Central de la República Argentina, al finalizar el año 2015 el saldo total de préstamos de la Industria Manufacturera en la Provincia de Santa Fe ascendió a 11.992 millones de pesos. El mismo representó el 18,9% del total de préstamos de las actividades económicas en nuestra provincia, que trepó a 63.476 millones de pesos.

Según estimaciones preliminares del Instituto de Investigaciones Económicas de Fisfe, el stock de préstamos del sistema financiero dirigido a la industria manufacturera en Santa Fe es inferior al 15% de su producto bruto, siendo esto evaluado como un serio limitante para su expansión.

La distribución sectorial de los préstamos otorgados por el sistema financiera a la industria manufacturera en Santa Fe muestra la relevancia de la producción de alimentos (37,8%) y del complejo siderúrgico, metalmecánico, bienes de capital y vehículos de transporte (40,3%). La industria química participa del 7,4% del total de las financiaciones.

Los resultados del proceso de recomposición salarial de los próximos meses junto a la dinámica de la tasa de inflación son de especial interés para el desempeño industrial en el segundo semestre del año .

En otro tramo del documento, se destaca respecto del presente que «la extensa y profunda recesión de la economía brasileña, sus excedentes de producción y la depreciación del real, restringen las exportaciones santafesinas de manufacturas de origen industrial. A ello se adiciona el debilitado crecimiento de la economía mundial y su impacto negativo sobre la demanda externa y los precios internacionales».

Guillermo Moretti, titular de Fisfe, explicó recientemente que las empresas denominadas «electrointensivas», es decir, las que consumen más de 300 Kw resultaron ser las mas perjudicadas dado que «gran proporción del consumo energético que utilizan corresponde al costo, siempre dependiendo del producto», con lo cual «es imposible trasladar ese aumento al precio final».

«Dependiendo cada producto, el 60 por ciento corresponde a la energía», sentenció Moretti sin enumerar el porcentaje que insume el costo de traslado de la mercadería e insumos, con lo cual contribuye a la «pérdida de competitividad de las empresas».

No obstante, Moretti agregó a ese combo tarifario se le agregó la merma en al producción por la caída de las ventas. «La situación está difícil y estimamos que se va a seguir agravando con el correr del año por la quita del poder adquisitivo de la gente», planteó el titular de Fisfe.