Francia guardó hoy un minuto de silencio en distintas ceremonias en las principales ciudades en honor a los 74 adultos y 10 niños fallecidos en el atentado del jueves pasado en Niza, poco antes de que la Fiscalía nacional informara que el atacante tenía un «interés innegable» en la lucha islamista internacional.

El fiscal de la República para casos de antiterrorismo, François Molins, informó en una conferencia de prensa que el atacante de Niza, el tunecino Mohamed Lahouaiej Bouhlel, había accedido desde su computadora en las últimas semanas a imágenes de crímenes del Estado Islámico (EI) y de líderes yihadistas como Osama bin Laden o Moctar Belmoctar.

Bouhlel había mostrado un «interés innegable, pero reciente» por la lucha islamista internacional, según Moulins, quien destacó ante la prensa que «la radicalización puede producirse más rápidamente cuando va dirigida a mentalidades perturbadas», según reprodujo la agencia de noticias EFE.

No obstante, el fiscal destacó que aún no encontró ninguna evidencia concreta que demuestre un vínculo real entre Bouhlel y la milicia extremista EI, cuyos principales bastiones se encuentran en Medio Oriente, en Irak y Siria.

Además, Molins ratificó que existen pruebas de que el ataque del jueves fue «premeditado» y «preparado».

Mientras más se sabe sobre las motivaciones del atentado, más crece la bronca y la indignación en Francia, un país que viene sufriendo una ola de ataques de corte islamista desde el año pasado.