Una mujer llamó al 911 pidiendo ayuda en una comunicación que quedó trunca, se cree que fue Alejandra Polizzi segundos antes de ser degollada por su esposo, Gustavo Javier Flores, en su vivienda de la localidad bonaerense de Castelar.

«Me mata, me mata, me mata», grita desespera una mujer a lo que la operadora del servicio de emergencias le pregunta «¿En qué localidad estás?».

«Me quiere matar, me mata, me va a matar», dice la mujer y se corta la comunicación.

Horas después, Gustavo Flores, de 38 años, llama al 911 y confiesa un crimen.

«Mi mujer fue asesinada», dijo, y al ser consultado por la agente policial sobre quién había sido el autor del crimen, respondió: «Yo». La operadora pregunta «¿Está sin vida? ¿Está seguro señor? y le responden «si».»Bueno yo espero acá» termina la comunicación Gustavo Flores.

El hecho ocurrió este miércoles alrededor de las 22:00 en la casa donde vivía Alejandra Marcela Polizzi, de 48 años, junto a su esposo Gustavo Javier Flores y su hijo de ocho años.

Según se pudo reconstruir, la pareja tuvo una discusión y el hombre extrajo una cuchilla con la cual le aplicó tres puñaladas, una de ellas en el cuello le provocó la muerte en el acto.

Recién el jueves por la mañana, Flores llamó a los familiares de Polizzi y luego alertó a la policía lo que había pasado.

«Esperó la llegada de los efectivos de la comisaría de Morón y les confesó que mató a la mujer», dijo a la prensa un investigador.

Cuando los policías ingresaron a la casa encontrando al niño sentado en un sillón y el cuerpo de su madre en el piso de uno de los ambientes.

El asesino pasó la noche junto al niño y el cuerpo de su mujer en la vivienda, hasta que se decidió por llamar a la Policía.

El hombre quedó a disposición de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) número 4 del Departamento Judicial de Morón, que intervino en un caso de «homicidio agravado».

Se trata del segundo caso de femicidio registrado en Castelar en los últimos 45 días.